Gral. San Martín

"Mis Muchachos"

Se cumplió un nuevo aniversario de la creación del Regimiento de Granaderos a Caballo.

Creación del Regimiento de Granaderos a Caballo.
1812 - 16 de Marzo - 2021.

Por Lic. Juan Marcelo Calabria

“De lo que mis muchachos – Granaderos - son capaces, solo lo sé yo. Quién los iguale habrá, quién los exceda, no”.

Como ya se ha dicho tan solo una semana después de haber arribado al Plata, el entonces Teniente Coronel de Caballería del Ejército Español Don José Francisco de San Martín, era reconocido en su grado militar por el Triunvirato de Buenos Aires y en “atención a sus méritos, servicios destacados y relevantes conocimientos militares” se le otorgaba “el empleo de teniente coronel de caballería con sueldo de tal y comandante del escuadrón de granaderos a caballo”, el que se le encomendaba organizar bajo la nueva “táctica de caballería francesa”.

A partir de aquel 16 de Marzo de 1812 se pone en pie el primer escuadrón del futuro regimiento de granaderos a caballo; entregándose San Martín de lleno a su misión de formar un cuerpo de caballería modelo que sirviera de ejemplo e inspiración para las jóvenes fuerzas militares de la patria, que hasta ese momento sólo constituían cuerpos milicianos dispersos con poco entrenamiento, escasos recursos y muy poca instrucción, salvo honrosas excepciones.

En el proceso de formación de este primer cuerpo de ejército profesional el mismo San Martín participó en la elección tanto de los soldados de tropa como de los oficiales, los que cuidada seleccionar entre aquellos que se habían destacado por su valor elevándose de la clase de tropa. Al mismo tiempo comenzó la formación de un cuerpo de cadetes, para los cuales reclutó a los adolescentes y jóvenes de las principales familias porteñas (Juan Lavalle, Julián Perdriel, Mariano y Manuel Escalada, entre otros), convirtiendo al regimiento en una escuela militar modelo, pero también en una academia de política, economía, de buenas costumbres, de honor y lealtad, inculcando en los jóvenes los principios y valores de austeridad, esfuerzo, trabajo y dedicación aprendidos durante más de 20 años de servicio en los bisoños ejércitos europeos.

Es indudable que aquellos jóvenes al escuchar las andanzas y aventuras del ya maduro coronel en los ejércitos de la vieja Europa no sólo obtenían información valiosa para su formación sino que además tenían la oportunidad de admirar y aprender del mismo líder que los conduciría luego en batalla, dándose así una completa unión de causas y miras entre San Martín y sus soldados; sus muchachos como solía llamarles.

Personalmente el coronel San Martín entrenaba a cada oficial y soldado en el arte de la guerra, transmitiendo como señalamos, toda su experiencia y formación a cada uno de sus hombres pero por sobre todas las cosas infundiendo el valor y la lealtad a la causa como principios rectores de su conducta. Primero en el precario cuartel de la ranchería para luego pasar a ocupar el Cuartel de Retiro, según el parte firmado por Miguel de Azcuénaga en el que se ordena que “queda a disposición del Comandante del Nuevo Escuadrón de Granaderos a Caballo, el cuartel que ocupa en el Retiro el Regimiento de Dragones de la Patria… según lo ordenado el Superior Gobierno” el 5 de Mayo de 1812. Allí en su nuevo cuartel de instrucción los granaderos a caballo comenzarán a dar muestras de sus cualidades militares, las que pronto pondrán en juego a partir de su bautismo de fuego en la futura acción de San Lorenzo.

A partir de ese momento en la explanada frente al cuartel, hoy plaza San Martín de Buenos Aires, los habitantes de la ciudad podían ver a los Granaderos realizar sus prácticas en el llamado “Campo de la Gloria” o “Campo de Marte”, donde las jóvenes de la sociedad porteña podían ver a los noveles oficiales perfeccionarse en sus conocimientos militares guiados por su comandante.

Una de esas jóvenes: María de los Remedios de Escalada se convertirá en la esposa del maduro coronel, con quien contraerá matrimonio el 12 de Setiembre de 1812, hecho que permitirá a San Martín ingresar a una de las familias más importantes y acaudaladas de la capital del Virreinato, siendo inmediatamente aceptado por el jefe de la Familia Don Antonio José de Escalada regidor y alcalde de primer voto del Cabildo de Buenos Aires; y al mismo tiempo que con un cierto dejo de reticencia por la dueña de casa Doña Tomasa de la Quintana, con quien San Martín presentaba un lejano parentesco: la tía abuela de esa última Doña Manuela de Larrazábal había sido esposa del famoso Jerónimo Matorras, primo hermano de la madre del futuro libertador; relaciones de parentesco muy común en las capitales de la época donde los clanes tradicionales o prominentes de la ciudad acordaban y fortalecían los lazos de familias, de herencia, de negocios y comerciales a partir del matrimonio de sus descendientes, formando el tejido social de incumbencia de las capitales o ciudades centrales como es el caso de Buenos Aires.

Pese a su casamiento, poco sería el tiempo que José pasaría en familia, el regimiento demanda todo su tiempo ya que desde el entrenamiento hasta la creación de los uniformes todo demandaba su personal atención, aquí San Martín con su contracción al trabajo y formación de sus granaderos comenzará a mostrar la entrega a la causa de la independencia y su decisión inquebrantable de sacrificar todo en pos de ella. No sólo su vida sino también hasta su propia familia.

Como dijimos las prendas y atributos del uniforme que distinguirían a oficiales y soldados fueron ideados por el propio comandante con las siguientes características: “cada granadero debía tener dos uniformes, uno para combate y parada – formación – y otro para el cuartel y vida de guarnición: ambos de color azul oscuro con divisa carmesí, la casaca era larga tipo frac con dos granadas bordadas en el extremo de cada faldón - color oro para los oficiales y rojo para la tropa -, de cuello rojo levantado debajo del cual se llevaba un corbatín negro, peto acolchado con nueve botones de bronce con la inscripción “Provincias Unidad del Río de la Plata. Granaderos a Caballo”.

Al primer escuadrón creado el 16 de Marzo de 1812, se agregaron dos más creados el 11 de Setiembre de 1812 y el otro el 5 de diciembre del mismo año, con los cuales se completará el Regimiento al que San Martín dotará de un Código y Tribunal de Honor con el fin de forjar el espíritu y conducta de sus granaderos, tratando de desterrar el maltrato frecuente y los insultos entre oficiales y tropa.

El mismo San Martín había observado y “deploraba lo poco en que se estimaban nuestros oficiales, tanto en sus mutuas relaciones como en las que cultivaban con el paisanaje” según refiere José María Paz, pretendiendo que los oficiales “se diesen un tono digno y caballero, y que estimasen en mucho su profesión y la clase que en ella ocupaban”, pues sin duda el respeto de la tropa e incluso el de los propios enemigos debía comenzar por la disciplina, valor, arrojo pero también honor, lealtad y caballerosidad de los propios oficiales.

Así entre otras normas el Código de Honor de los Granaderos a Caballo establecía castigos muy severos que podían llegar a la pena capital según los delitos por los que fueran juzgados sus integrantes pudiendo ser castigados:


Por cobardía en acción de guerra, en la que aún agachar la cabeza será reputada por tal.
Por no admitir un desafío sea justo o injusto.
Por no exigir satisfacción cuando se halle insultado.
Por no defender a todo trance el honor del cuerpo cuando lo ultrajen en su presencia, o sepa ha sido ultrajado en otra parte.
Por trampas infames, como de artesanos.
Por falta de integridad en el manejo de intereses, como no pagar a la tropa el dinero que pertenece a ella.
Por publicar las disposiciones interiores de la oficialidad en sus juntas secretas.
Por familiarizarse en grado vergonzoso con los sargentos, cabos y soldados.
Por hablar mal de otro compañero con personas u oficiales de otros cuerpos.
Por poner la mano a cualquier mujer aunque haya sido insultado por ella.
Por no socorrer en acción de guerra a un compañero suyo que se halle en peligro pudiendo verificarlo.
Por presentarse en público con mujeres conocidamente prostituidas.
Por concurrir a casas de juego que no sean pertenecientes a la clase de oficiales, es decir, jugar con personas bajas e indecentes.
Por hacer uso inmoderado de la bebida en términos de hacerse notable con perjuicio del honor del cuerpo.

Entre muchas otras disposiciones que seguidas y aplicadas con severidad por el Tribunal de Honor integrado por los oficiales y presidido por el mismo San Martín, hicieron de aquel cuerpo de ejército un modelo de vida para quienes lo integraron y de donde saldrían los futuros héroes de la patria y toda una camada de dirigentes que destacarán en toda la historia nacional hasta su relevo histórico por la generación liberal del '80.-

Como es conocido el 03 de Febrero de 1813 parte del regimiento tuvo su bautismo de fuego en San Lorenzo, y a partir de allí siguiendo los pasos de su comandante y creador llenarán de orgullo y de honor las páginas de la historia argentina destacándose en infinidad de acciones hasta el combate final por la independencia de América librado en Ayacucho el 9 de Diciembre de 1824 por los ejércitos bolivarianos a las órdenes de Sucre; habiendo paseado su gloria y su estandarte por los actuales territorios de Argentina, Chile, Perú, Bolivia y Ecuador.

Muchos años después, finalmente en Febrero de 1826, setenta y ocho integrantes del Regimiento de Granaderos a Caballo al mando del Coronel José Félix Bogado, aquel lanchero paraguayo que se había unido al regimiento en 1813, llegan a Buenos Aires a su viejo cuartel del Retiro donde depositarán sus armas en una caja bajo la inscripción “Armas de los Libertadores de Chile, Perú y Colombia”.

De esta manera terminará sus primeros días de gloria el regimiento de San Martín y al decir de uno de los primeros biógrafos de la independencia, el General Bartolomé Mitre el Regimiento de Granaderos a Caballo: “Concurrió a todas las grandes batallas de la independencia, dio a la América diecinueve generales, más de doscientos jefes y oficiales en el transcurso de la revolución, y después de derramar su sangre y sembrar sus huesos desde el Plata hasta Pichincha, regresó en esqueleto a sus hogares, trayendo su viejo estandarte bajo el mando de uno de sus últimos soldados ascendido a coronel en el espacio de trece años de campañas”.

El histórico Regimiento creado por el propio San Martín fue una escuela de hombres moldeados a su imagen y semejanza, pues como el propio libertador decía de ellos: “De lo que mis muchachos – los granaderos - son capaces sólo yo sé; quien los iguale habrá, quien los exceda no”.-

Hoy herederos de esa estirpe sanmartiniana el Regimiento de Granaderos a Caballo “General San Martín” escolta presidencial, es uno de los cuerpos de ejército más destacados de las fuerzas americanas constituyendo, en su actual cuartel ubicado en la localidad de Palermo en Buenos Aires, un verdadero acervo de la vigencia de los principios y legado de su primer comandante el Libertador de América José Francisco de San Martín.

Fuente: "San Martín Modelo de Líder Americano". Edición digital Ebook, Mendoza, Septiembre 2020.

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