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Letras

Desmadres, un festival enfocado en el desborde de la literatura latinoamericana actual

Tendrá lugar entre el 16 y el 23 de agosto en 15 sedes porteñas y contará con la presencia de la ecuatoriana María Fernanda Ampuero, la peruana Katya Adaui, la mexicana Maritza Buendía, el paraguayo Juan Bueno Villafañe, el boliviano Gabriel Mamani, el cubano Marcial Gala, y el brasileño Joca Reiners Terron.

festival desborde

Del 16 al 23 de agosto, la Ciudad de Buenos Aires será epicentro del 1° Festival Desmadres, que busca reflexionar sobre cómo se configura hoy la literatura latinoamericana, a través de más de 80 actividades gratuitas que contarán con la participación más de 350 escritores, poetas, editores, traductores y periodistas de más de 20 países, como la ecuatoriana María Fernanda Ampuero, la peruana Katya Adaui y la argentina Paula Bombara.

Durante ocho días "Desmadres" se desplegará como un pulpo en 15 sedes porteñas, con charlas, lecturas, una justa poética, un congreso, un premio, teatro leído y hasta una sala de escape y una muestra de arte: del Ecoparque a la Asociación Amigos de Bellas Artes, la Biblioteca Nacional y el Museo del Libro y de la Lengua; pasando por los bares Rabia y Factoría, a la Librería del Fondo y el Parque de la Estación, de la mano de reconocidas figuras de la escena literaria como Agustina Bazterrica, Laura Wittner, Esther Cross, Juan Mattio y Florencia Abbate.

La argentina Paula Bombara Foto Anala Garelli
La argentina Paula Bombara. /Foto: Analía Garelli.

De las lecturas situadas -en la morgue, en el museo de Ciencia Naturales, en la Calesita de Carne y Hueso que divide los barrios de Almagro y Villa Crespo y en el Palacio Barolo-; al resto de actividades gratuitas que incluyen un ciclo donde son las y los escritores quienes leerán a viva voz: Maritza Buendía, de México; Juan Bueno Villafañe, de Paraguay; Gabriel Mamani, de Bolivia; Robin Myers, de Estados Unidos; Marcial Gala, de Cuba; Joca Reiners Terron, de Brasil; y Keyselim Montás, de República Dominicana, sólo algunos de los nombres convocados.

La convocatoria es exponencial. Sólo entre la muestra "Desmadres, imágenes del desborde" , programada hasta diciembre en la sala L del Centro Cultural Recoleta, y el Congreso sobre Literatura Latinoamericana del Siglo XXI que se hará en la sede de Crítica de Artes de la Universidad de las Artes (UNA) y en la sede de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam) dentro del edificio Volta, suman alrededor de 250 invitados.

La exposición, por su parte, convoca a 50 ilustradores y 50 escritores entre quienes se encuentran Samanta Schweblin, Gabriela Cabezón Cámara, Rodrigo Fresán, Marina Komiseroff, Giovanna Rivero, Amara Moira, Nona Fernández, Raúl Zurita, Eduardo Halfon, Fabio Morábito, Guadalupe Nettel y Fernanda Trías.

La argentina Gabriela Cabezn Cmara Foto archivo
La argentina Gabriela Cabezón Cámara. /Foto: archivo.

Múltiples actividades

"Buscamos a escritores, poetas, dramaturgos, editores, traductores, periodistas, gestores culturales e ilustradores que admiráramos, porque, ante todo, los que organizamos el festival somos lectores -le explica a Télam Nicolás Hochman, director de Desmadres-, una palabra que nos gusta por tener tantas acepciones y posibilidades, porque no es un desmadre sino muchos y porque hay pocas cosas que identifiquen más a lo latinoamericano que eso".

Y agrega: "quisimos que la selección fuera muy heterogénea, cruzando a consagrados con emergentes, con mucha presencia latinoamericana, pero también de otros países, porque entendemos que lo latinoamericano no se agota en las personas que nacen o producen acá, sino que puede ir mucho más allá. Queremos saber qué pasa con la literatura de la región en países donde la lengua no es el español ni el portugués, donde los hábitos son otros: qué pasa con esta literatura en China, en Noruega o en Polonia".

Cuál es el espíritu de Desmadres, entonces, Hochman no duda: "El exceso, ante todo, porque ese es otro de los vórtices de lo latinoamericano. Todo en el festival es excesivo: que sean ocho días, que haya más de 80 actividades, que sean casi 40 participantes. Nos gusta pensar que todo eso, que es pura entropía y tiende a generar más y más desorden, puede ser pensado, reflexionado, convertido en algo muy potente, que llegue a muchos lectores".

Si bien apuntan a tres públicos bien definidos: especialistas, lectores y los que no están habituados a este tipo de consumos culturales. A partir de ahí piensan las actividades para cada uno, “pero sobre todo nos interesa que esos públicos se entremezclen y se contaminen, porque creemos que ahí se da la posibilidad de un efecto", indica.

 

El cubano JUan Mattio Foto archivo
El cubano JUan Mattio. /Foto: archivo.

La expectativa de esta primera edición está en que "sea una experiencia para el público y los participantes, en el sentido de que algo de todo esto movilice, queremos que la gente se vaya con algo: un libro por leer, una idea, una sensación, un momento que interpele", afirma.

"En la región hay festivales literarios nacionales e internacionales, los hay por género, híbridos, de todo tipo, pero no de literatura latinoamericana cómo sí pasa en Europa por ejemplo. Del mismo modo, Argentina consume literatura local, de Estados Unidos o Europa y algunos autores consagrados de otras partes del mundo pero es muy poco lo que lee de la producción latinoamericana actual", señala Hochman sobre el valor o aporte diferencial que vendría a sumar Desmadres a una cartografía actual vasta en festivales literarios por estas latitudes.

"El ejercicio que proponemos es simple -agrega-: pedirle a cualquier lector no especializado que nombre por lo menos dos escritores latinoamericanos vivos, que no sean argentinos ni Isabel Allende o Mario Vargas Llosa. Es un experimento con resultado bastante contundente. Ahí es donde nos interesa indagar. Queremos trabajar con esa literatura, exponerla, contribuir a su circulación, discutirla, disfrutarla y que nos interpele a través de toda su incomodidad".

Desmadres surgió, si se quiere, como "una respuesta un poco tonta, pero honesta -repasa Hochman-: estábamos en pandemia, estaba aburrido y me puse a pensar qué me gustaría hacer. Venía de cerrar un ciclo de muchos años con el Congreso Gombrowicz y extrañaba esa dinámica (y no a Gombrowicz), así que me pareció que quizás podíamos volver a jugar a hacer producción cultural pero a partir de otro concepto, como era la literatura latinoamericana, algo que venía estudiando desde hacía un tiempo. A eso le siguieron dos años de armar un equipo de gente deseante que construyó lo que hoy es el festival. Gente que viene de letras, de cine, de diseño, comunicación, ciencias sociales y humanidades".

 

La ecuatoriana Mara Fernanda AmpueroFoto archivo
La ecuatoriana María Fernanda Ampuero./Foto: archivo.

Se trata de "un encuentro, un nodo, un espacio pensado y realizado para propiciar cruces, puntos de unión y posibilidades de discusión", una "excusa compleja y elaborada para hablar, hacer, compartir e incentivar la literatura latinoamericana contemporánea", reza el texto de difusión. Una escena que tiene entre sus peculiaridades, precisamente, lo diverso, "tanto -advierte Hochman-, que es más fácil hablar de su heterogeneidad que de puntos en común, tanto que incluso la primera pregunta que nos hacemos es si existe realmente algo que se pueda llamar literatura latinoamericana".

"No importa qué criterio usemos, algo siempre se va a desbordar -señala-. Podríamos decir que lo latinoamericano está en la lengua, pero en nuestro continente no se escribe en dos lenguas sino en muchísimas. Podríamos plantearlo como algo geográfico, pero ¿no hay latinoamericanos escribiendo afuera y extranjeros haciéndolo acá? Podríamos pensar en las costumbres, la historia a partir de la conquista, en clave sociopolítica, lo que sea, y siempre vamos a encontrar excepciones. Y sin embargo creemos que de algún modo lo latinoamericano termina constituyéndose, aunque siempre de manera irregular, porosa y mutante".

Lo mismo postula Hochman para la escena literaria argentina: "el fenómeno es básicamente el mismo, una literatura inencasillable que sin embargo dialoga y discute con lo que pasa en otras partes".

La peruana Katja Adaui Foto archivo
La peruana Katja Adaui. /Foto: archivo.

"La globalización, la inmediatez, las redes sociales, lo digital, hacen que esto sea una posibilidad y también un problema -destaca-; muchas veces escribimos pensando en Instagram, posibles ediciones extranjeras, traducciones o adaptaciones a Netflix, y entonces a veces ocurre que los autores terminamos dejando a un lado la potencia que tiene el lenguaje. Es un riesgo, pero se puede pensar a la inversa: en que cualquier libro está al alcance de la mano, con todo lo que eso implica".

Todas las actividades son gratuitas, en unos pocos casos con inscripción previa, todas presenciales aunque no todas las participaciones lo son. Por ejemplo: las 100 personas que participan en la muestra de arte lo hacen de manera remota, pero no hay nada por Zoom. La programación completa se puede consultar en en siguiente link

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