El cineasta Roger Corman, un querido icono del cine independiente, ha fallecido a la edad de 98 años. A lo largo de sus 74 años de carrera, Corman dejó una marca indeleble en Hollywood como pionero de la escena independiente.
Nacido el 5 de abril de 1926, Corman inició su trayectoria en Hollywood como empleado de correo en 20th Century Fox en 1950. Desde entonces, ascendió a lector de guiones, ofreciendo sus notas para películas como "El pistolero", aunque sin recibir crédito por su trabajo. Esto lo llevó a establecer su propio estudio cuando decidió que era hora de crear su propio camino en la industria. Su primera incursión como productor independiente fue la película de ciencia ficción de 1954 "Monstruo del fondo oceánico", que fue un éxito rotundo y lo motivó a seguir produciendo películas.
Corman se ganó la reputación de trabajar a un ritmo vertiginoso, especializándose en géneros como ciencia ficción, terror y acción. Sus películas fueron trampolines para numerosos actores y directores emergentes, incluidos nombres como Jack Nicholson, William Shatner, Diane Ladd, James Cameron, Francis Ford Coppola, Joe Dante y Martin Scorsese, quienes recibieron mentoría y apoyo de Corman en los primeros días de sus carreras.
A lo largo de su vida, Corman diversificó sus intereses comerciales, desde su tumultuosa saga con New World Pictures hasta incursiones en la edición de cómics. Sin embargo, siempre mantuvo vivo el género de la película B, contribuyendo como productor o escritor en cientos de películas, desde clásicos como "Masacre de pijamada II" hasta producciones más contemporáneas como "Supergator" y la nunca lanzada "Los cuatro fantásticos" de 1994.
El legado de Corman fue ampliamente reconocido en la industria del cine. El año pasado, recibió el Premio al Narrador Distinguido del Press Club de Los Ángeles, así como honores de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas y el Gremio de Productores, que destacaron su impacto duradero en la cinematografía. Su influencia perdurará a través de las generaciones, dejando un vacío irremplazable en la historia del cine.