Entrevista
Evelyn Díaz Scifo (33) ha encontrado su motivación como escritora en el fascinante mundo de hadas. Las respuestas que ofrece, así como las temáticas que elige abordar en sus obras, están atravesadas por una forma de magia. Un tono que deja de lado el intenso ruido de los conflictivos días por los que transita el país. Una entrevista en calma. Una charla que se aprecia mínimamente como necesaria. Una voz mendocina que intenta vibrar, de forma optimista, en la búsqueda de nuevas frecuencias. 
—¿En qué momento supiste que ibas a desarrollar este vínculo con las letras?
—El camino se fue descubriendo. Cuando era muy chica me encantaba escribir, recuerdo que cuando volvía de la escuela mi juego favorito era sentarme a escribir un cuento. Tiempo después comencé la facultad de Derecho y siempre tuve en mente que me encantaría escribir un libro algún día, pero tenía la presión y un poco de culpa por tener que estudiar en realidad, y sentía que no podía perder el tiempo con eso. Entonces me prometí que cuando culminara la facultad y me recibiera iba a escribir mi primer libro. Pasó el tiempo, empecé a ejercer la abogacía y olvidé la promesa que me había hecho. Me absorbió el día a día. Intenté integrarme al sistema, buscar trabajo. Entré a un estudio jurídico y me dediqué a mi profesión durante 4 años. Hasta que un día me pasó, que empecé a sentir que no tenía toda la motivación disponible para mi profesión. Creo que ahí comenzó un camino interno, muy propio, de crecimiento espiritual, en la búsqueda de algo que me gustara, que se transformara en mi propósito. Luego de una sesión de biodecodificación, teniendo presente la pregunta ¿qué quiero hacer con mi vida?, recordé cuanto disfrutaba escribir cuando era chica. Y también aquella intención de escribir un libro. Ese instante cambió mi motivación del día a día.
Llegaba de trabajar a sentarme a escribir. Descubrí que lo disfrutaba más de lo que yo pensaba
—¿Cómo se vinculan tu primer libro y la editorial?
—La experiencia con mi primer libro también me acercó a la editorial. Escribí El reino de Fairiel – Universos Paralelos, y cuando lo quise publicar no me convencían las editoriales que conocía. Entonces decidí estudiar cómo era todo el proceso de edición de un libro, me contacté con autores de otros países, me puse a investigar sobre el funcionamiento de la plataforma Amazon (sitio web que facilita la venta de libros para todo el mundo), para la comercialización de libros. Contacté una correctora. Hablé con una amiga diseñadora para la tapa. El resultado fue hermoso. Otros autores se enteraron y comenzaron a preguntarme cómo había hecho, ponderando la buena calidad de mi publicación. Cuando les conté, algunos de ellos me preguntaron si no podía hacerme cargo yo de la edición de su proyecto. Así, sin darme cuenta, estaba armando una editorial (risas). 
—¿Cómo fue el proceso creativo de tu obra?
—Creo que una cuando escribe y se crean personajes todos ellos tienen poco del autor. El personaje de Brenda en mi primer libro es muy yo de chica (risas). Siempre me gustó el mundo de las hadas. Siempre creí que existían en una dimensión o universo paralelo. Al igual que los espíritus de la naturaleza. Y siempre tuve una gran conexión con las hadas. Quería escribir un libro sobre ellas. Cómo ellas ven la vida. Estoy segura de que el nivel de conciencia de esos seres es más elevado que el nuestro. Después vinieron dos libros más: El reino de Fairiel II – La Rebelión de las Sirenas y el El Reino de Fairiel III – La Invasión. 
—¿Podemos decir que las hadas te ayudaron con tus libros?
—Sí. Cuando escribí los libros, les pedí ayuda a las hadas. Decía: “Chicas, transmítanme lo que quieran que yo escriba, y lo que quieren que les llegue a las personas” (risas). De hecho, la historia tiene muchos mensajes de crecimiento espiritual que a veces no recuerdo cómo los escribí. Siento que hay mucha magia en esos libros. Es un gran viaje espiritual también.
—¿Tus referencias también han llegado desde esos ámbitos?
—Totalmente. Si pienso en mis referencias, lo primero que se me viene a la mente es la cantidad de libros de hadas, gnomos, criaturas, seres de luz que he leído. Sobre todo, informativos. Quería saber y entender ese mundo. 
—¿Querés seguir explorando ese tipo de temáticas relacionadas con las energías y la espiritualidad?
—Si. Además, sigo aprendiendo, queriendo evolucionar. La energía mueve todo, crea. La frecuencia en la que uno vibra determina qué es lo que atraes. Todo se maneja por vibraciones. Lo creas o no es así. Es una Ley. Creo que todo se maneja de esa manera. Ahora se puede hablar de esto libremente. También me he dado cuenta de que en Argentina estamos evolucionando mucho espiritualmente. Hablás de estas cosas en otro país y aún no creen tanto.
—¿Qué te gustaría que le suceda a un hipotético público que se cruce con tu obra?
—Me encantaría que evolucione a la par de los personajes al leer mis libros. Mis personajes suelen evolucionar espiritualmente y en conciencia. Que se replantee preguntas. Que quiera indagar. Investigar acerca de qué quiere en la vida, qué lo hace feliz. Si realmente está haciendo lo que le gusta. Me gustaría que le ayude a tomar mayor conciencia. Obviamente siempre intento concientizar acerca del respeto a la naturaleza y como puede eso impactar en nosotros mismos. Eso está plasmado en los tres libros.
Creo que mis historias pueden ayudar a muchas personas a ver la vida de otra manera. Más allá de la trama y el argumento, estos libros son para personas que vibren en esa frecuencia, espero que les llegue al corazón y al alma
—Entonces en todo ese camino llegó también el propósito de la Editorial Tinta de Luz…
—Creo mucho en los ángeles. En la claridad. En que todo viene por ese lado. Siento que Tinta de Luz es un medio para que otras personas puedan transmitir sus mensajes a través de sus libros. Esa es la frecuencia de Tinta de Luz. Están entrando muchos libros con mensajes muy lindos y todos relacionados a estos temas.
—¿Cuántos libros llevás publicados?
—Llevamos editados y publicados más de 500 libros en 4 años y de autores de todo el mundo. Hemos editado autores de otras provincias y de otros países. Editamos todo tipo de géneros literarios. Contamos con equipo de ilustradores, diseñadores, correctores, muchos profesionales capacitados. 
—¿Lograste simplificar el proceso gracias a tu propia experiencia?
—A la editorial entra un libro escrito en Word y sale el libro listo. Nosotros nos encargamos de la corrección, gramática, ortografía, diseño según la propia búsqueda y gustos del autor. Siempre trabajando acorde al gusto del autor. Respetamos mucho eso, y las etapas son aprobadas por el dueño del libro. Después también tenemos servicios de ayuda para la comercialización y distribución del libro. Contamos con diagramadoras, con diseñadoras que le dan forma al interior, porque al libro hay que maquetarlo, con un tamaño determinado, los márgenes correctos etc. Y también diagramamos el formato E-Book para quienes no quieren imprimirlo, ya que esa variable tiene una diagramación específica. Y también ofrecemos todo el servicio relacionado con el registro de la obra en la Dirección Nacional de Derechos de Autor. En Tinta de Luz ofrecemos todo lo que yo hubiese querido que me ofrecieran, cuando publiqué mi primer libro. Es un proceso que lleva mucho tiempo, y la idea es que el autor disfrute ese proceso. 
—¿La editora le ha ido ganando lugar a la escritora?
—Y un poco quizás (risas). Me gusta estar en los detalles. Cuidando que todo salga bien, coordinando con el equipo. Y a veces esa tarea intensa me deja sin tiempo para escribir. Me enfoco mucho en los libros de los demás y dejo de lado los míos. Es por épocas, cuando tengo ganas de escribir me hago el tiempo, pero no como una presión. Trato de continuar disfrutándolo, no quiero que se transforme en una obligación. La editorial me hace muy feliz. Me encanta ver contentos a los autores. Siempre me mandan videos cuando reciben los libros a domicilio. Es muy reconfortante. 
—¿Se puede soñar con vivir de escribir desde Mendoza?
—Hay mucha competencia. Hay libros por todos lados. Todo depende de la publicidad y del marketing que cada uno haga y de la energía que le dedique a la venta de su libro. A mí me tocó hacer ese camino… ¿Cómo hacer que tu libro llegue a personas que no saben que el libro existe? La respuesta es: nadie va a vender tu libro más que vos mismo. Cuando presenté mis libros hice mucha publicidad en redes sociales. Hice un book tráiler que es como el tráiler de una película, lo ves en una pantalla y te deja tan enganchado que queres comprar el libro. Cree mi canal de You Tube, mi sitio web. Hay que facilitar el link para la compra también. Yo no era una escritora conocida y he vendido un montón de libros. Acá todo se maneja por marketing. 
—¿Y también te ocupás de dar esos consejos?
—Sí, todo el tiempo. En mi canal de You Tube subo tips y consejos para que escritores puedan vender mejor su libro. Para quienes quieren escribir un libro, o publicitarlo. Hace poco lancé un curso on line acerca de cómo escribir tu primera novela. Me encanta compartir mis experiencias, y ojalá le sirvan a mucha gente para que pueda animarse a escribir. ¿Puedo dar otro consejo? (risas) 
—Claro, adelante.
—A las personas que hacen coaching, o terapias alternativas o, por citar un ejemplo, se dedican a estudiar astrología: “Escribí un libro sobre lo que sabés”. Vas a atraer más clientes incluso para tu actividad o servicio que quieras ofrecer y a la vez vas a estar vendiendo tu libro como producto. Escribir un libro, legitima y te da respaldo también sobre los temas en los que vos te estás especializando. Publicar un libro da ventajas, no tiene aspectos negativos. Escribir un libro puede servirte de terapia, es darte un tiempo también para vos.
—Sigamos en ese viaje entonces… ¿Qué mensaje le dejás a quien siente que tiene buenas ideas y aún no se anima a escribirlas?
—Les recomiendo un libro que se llama, Libera tu magia de Elizabeth Gilbert. Allí se plantea la teoría de que hay un mundo de ideas. Una fuente donde están todas las ideas posibles. Y una idea te elige a vos para que vos la materialices. Porque todo es energía y necesita ser bajado, necesita ser concretado. Una idea que te llega es por algo, porque la tenes que plasmar y transmitir. Si vos no lo haces, esa idea va a buscar a otra persona. Por eso a veces te encontras que alguien escribió el libro que querías escribir o filmó la película que vos querías filmar. Las ideas son como entidades. Buscan a la persona a través de la cual la van a canalizar o materializar en la realidad.
Mi consejo es que, si alguien resuena mucho con una idea, debe llevarla a cabo porque si no, además, te queda una sensación interior de algo inconcluso. Como si la energía se quedara estancada, hay que moverla
—¿Y a quién ya escribió y aún no se anima a publicar?
—Siempre hay alguien esperando leer lo que vos tenes para contar. Por más insignificante que te parezca una frase, siempre hay alguien que está esperando, o necesitando leerla, siempre alguien necesitaba que otra persona se la dijera. Es responsabilidad de todos nosotros compartir lo que tenemos para ofrecer y mostrar al mundo, lo que sabemos o lo que nos llega. Incluso una historia que te parece que no tiene mensaje alguno. Siempre, aunque sea un fragmento, va a resonar con alguien que necesitaba leer algo así. Por eso el eslogan de la editorial es… El mundo merece leerte. Porque siempre hay alguien esperando leer lo que vos escribiste. Quizás te preguntas quién va a querer leer lo mío. Siempre va a haber gente que va a resonar con tus historias.
