Entrevista
Bienvenidos al mundo interior de Estación Zafiro. Episodio 1. Sin dudas, transcribir una entrevista grabada a una de las voces emblemáticas de la historia de Mendoza, no resulta tarea sencilla. No hay formas de traducir en signos: las pausas, las inflexiones, los cambios de entonación, las interpretaciones aludiendo a otras voces y toda la riqueza sonora que Raúl Marín desanda con su voz, respuesta tras respuesta. No obstante, en esencia, compartimos a continuación una síntesis exquisita, de una extensa conversación.
¿Cuándo supiste que ibas a ser locutor?
Yo provengo del teatro, soy egresado de la Escuela de Teatro de Bahía Blanca, que dirigía en aquel tiempo Nina Cortese, una mendocina, alumna de Galina Tolmacheva, es decir que llevo el tema Stannislvaski metido en la piel. Comencé haciendo Teatro en Buenos Aires junto a Virginia Lago y fue un corto tiempo, un solo año, porque por ahí descubrí que en realidad, no era tanto mi interés por el teatro. Así que volví a Bahía Blanca, de donde soy oriundo y me fui a la Playa de Monte Hermoso que el lugar al que vamos todos los bahienses. De pronto recibo un mensaje de mi madre: me había anotado en un concurso de locutores que se llevaba a cabo, porque se iba a abrir Radio Nacional de Bahía Blanca. Bueno fui, cuando vi la cantidad de locutores famosos que había me volví a la esquina para tomar el micro; aparece entonces un compañero mío de la Escuela de Teatro, Antonio Medina, un grandísimo hombre y me dice: “- ¿Qué hacés?” “-Me estoy yendo a casa, hay 5 plazas y hay como 10 locutores de primera, incluido vos”. “- Ah bueno, - me dijo, yo pensé que vos eras un actor”, “- Sí, soy un actor, no soy un locutor” “ - Por eso los actores pueden hacer, quizá, un buen locutor”. Entonces me convenció y volví al concurso, para Radio Nacional de Bahía Blanca. Ahí me enteré, justamente, que podía ser locutor, porque de cinco plazas que había, yo entré en tercer lugar. Siendo que no era locutor, pero aparentemente era un buen actor. Así que ahí me enteré, ahí supe.
¿Hubo algo, un trabajo, un desempeño particular que te catapultó, que te hizo conocido por todo el público?
Hubo una época, gracias a Carlitos Calle que era un magnífico productor de publicidad y fue un invento de Carlitos de hecho, hicimos un aviso para una firma que no se sabía si se correspondía hacer ese tipo de publicidad. Y sí, fue muy famoso ese aviso al punto de que en la calle me gritaban “Franino”. A veces pasan esas cosas. 
Fuiste el primer director de Radio Nacional en la post dictadura... ¿Cómo fue esa refundación?
Es cierto, yo llevaba muchos años trabajando en Radio Nacional, primero fue en Bahía Blanca como te conté, después me fui a Esquel un tiempo, unos cuatro años, porque quería hacer la experiencia de la Patagonia, además porque se pagaba más; en aquella época te pagaban lo que era “la zona inhóspita”, para mí fue una experiencia realmente muy interesante. Bueno llegó el tiempo de la recuperación de la democracia, en aquel tiempo todos los que no éramos peronistas, amábamos a Raúl Alfonsín, nos parecía un tipo realmente extraordinario y justamente fue a través de un amigo que me convocaron para hacer la dirección de Radio Nacional Mendoza. Fue una experiencia magnífica, no tan difícil como la gente piensa, porque lo único que había que hacer era sacar los discos que se estaban pasando, mandarlos al sótano y traer del sótano los discos que no se pasaban, todos los discos que se te puede ocurrir que eran de protesta para la dictadura. Fue un éxito en realidad, ¡pero no por mi culpa! (risas) sino porque fue como abrir una ventana al aire fresco. Además, era un tiempo en el que sólo había 4 radios en Mendoza, era más fácil la competencia. Yo pude poner a Radio Nacional en segundo lugar, no porque yo fuera tan bueno sino porque eran tiempos en los que era bueno escuchar, lo que no se había escuchado durante tantos años.
Has trabajado en el exterior... ¿Cómo fue esa experiencia?
Mi trabajo en el exterior fue una experiencia magnífica, yo precisamente no me fui a Chile porque me gustara el paisaje, sino porque de pronto me quedé sin trabajo aquí. Cuando terminó mi gestión en Radio Nacional quise volver a los medios en los que había trabajado habitualmente y lo que me ofrecían no era bueno, así que me fui a Chile, donde conocía solamente a una persona, un familiar, lo bueno es que él trabajaba en una agencia de publicidad por lo tanto me podía ayudar. La experiencia fue maravillosa; cuando llegué pensé que iba a pasar hambre, porque era el tiempo de los locutores chilenos maravillosos que nosotros conocíamos acá, esas voces profundas (le agrega tonos graves y profundidad al relato) que nosotros no podíamos ni llegar a eso, porque tenemos otro estilo, nuestras voces son diferentes. Justamente mi pariente me dijo - “Vos podes tener éxito porque no hay voces como la tuya”. Bueno tuvo razón, me fue muy muy bien en Chile, no tengo nada de qué quejarme, fueron muy respetuosos de la profesionalidad, es decir, si vos sos bueno en lo tuyo, te respetan, te aplauden, te quieren... estuve 22 años seguidos allá y cuando volví fue porque se inauguraba Radio Mitre en Mendoza y me habían contratado para eso. 
Con todas tus vivencias... ¿Qué crees que ha cambiado respecto de la radio a lo largo de los años?
Cambió todo, lo primero que hizo que la radio cambiara fueron las FM, yo recién te comentaba que en la época que fui Director de Radio Nacional había 4 radios, ahora hay, son incontables, entonces la diferencia es enorme porque cómo haces para competir con.. no se ¿35 radios? 40?. No sé cuántas hay. Entonces ha cambiado mucho. Te voy a contar una anécdota simple: cuando empecé en Radio Nacional de Bahía Blanca, el director me dijo “-Mire deberíamos hacer un buen programa de folclore, pero no de pasar solamente a los Chalchaleros y a los Fronterizos, sino que hablemos del Folclore con fundamentos”. Para hacerlo tuve que ir a la biblioteca porque en ese tiempo no existía internet. Hoy en día cualquier persona con un teléfono como el que tengo en la mano te escribe 10 programas de folclore con fundamentos. Entonces eso sí ha cambiado muchísimo. Recuerdo en Radio Mitre con Carlitos La Rosa apelábamos a nuestra memoria para acordarnos de la historia y resulta que el chico que estaba frente a nosotros, ponía el teléfono en marcha y decía “- Ah si Ustedes se olvidan de tal detalle”. Ahora hay algo muy bueno que tiene esta época, y es que en un estudio que debe tener un metro cincuenta por uno, puedo grabar para Miami para Colombia, para Chile o para dónde sea. Me apego un poco a eso porque es realmente muy interesante. Imaginate que desde Mendoza por ejemplo, estuve saliendo dos años seguidos en Miami con un producto, está bien, yo nunca lo escuché al aire (rie), pero mucha gente que ha ido a Miami me ha dicho que me escuchó. Eso es algo muy interesante de la locución de estos tiempos, lo que vos escuchas por Estación Zafiro lo grabo en este pequeño estudio. Tiene muchas ventajas
¿Te llevas mejor con la locución radial, en vivo? la animación?
Esta es una profesión realmente muy entretenida por suerte, llevo muchos años en esto y la he pasado realmente muy bien. El tema de elegir un rubro es muy extraño, yo por ejemplo que no soy mendocino e hice 20 vendimias centrales junto a los mejores locutores de la época, entonces si tuviera que decirte, para mí la vendimia tuvo muchísimo que ver en mi vida. La animación de eventos, lo que tenía de muy bueno, es que se pagaba muy bien y uno conocía gente. 
¿Cómo ves la radiofonía mendocina en el presente?
Sinceramente, me ha sorprendido la relación entre la audiencia y Estación Zafiro. Yo nunca había trabajado en una radio popular, entiéndase este término como corresponde: popular quiere decir que mucha gente escucha la radio, que mucha gente se reporta diciendo “-¡Acá estoy escuchando la radio!”. Eso a mí me sorprendió muchísimo. ¿Qué puede pasar con la radiofonía en el futuro?: no lo sé, es muy difícil, hacen falta anunciantes, a veces están los anunciantes y a veces no están. Esa es la radio que nos toca vivir. A mí me gusta la radio en general, la amo, pero para trabajar en radio esa radio tiene que funcionar bien.
¿Cómo llegaste a ser "la voz" de Estación Zafiro?
(Se ríe largamente) Me río porque yo no conocía a Marcelo Ortiz, ¿por qué no lo conocía? Porque en la época en la que él fabricó su carrera en la televisión y en la radio, yo estaba en Chile, o sea que jamás en la vida había escuchado a Marcelo Ortiz y de pronto cuando volví, una de las cosas que noté fue que Marcelo era - y es - un tipo popular, la gente lo conocía. Un día tuve la curiosidad de conocerlo, fue muy simple (ríe), conseguí el teléfono, lo llamé, le dije quién era y me atendió muy bien. Nos juntamos a charlar, creo que fueron dos horas sin parar, no sé cuántos cafés tomamos, fue muy interesante para mí (se emociona profundamente) fíjate que me estoy emocionando cuando te lo cuento, porque fue un encuentro con un muchacho totalmente de otra época, porque no es tanta la diferencia de edad que nos llevamos pero sí la época de radio y televisión fue totalmente distinta para ambos. Fue un encuentro realmente muy interesante y entre otras cosas le dije “- Mirá, te voy a mandar algunas cosas que yo hacía en Chile”. En esa época yo era la voz de una radio muy famosa en Chile, Radio Universo que es la FM de Radio Cooperativa, y le mandé un par de grabaciones de eso como para que él escuchara lo que yo había hecho en Chile. Bueno a los 5 minutos de enviarle el material, Marcelo me llamó y me dijo “-Por favor venite a charlar cuando puedas que quiero que seas la voz de Estación Zafiro”. Maravilloso 
¿Cuál ha sido tu fórmula para mantener tu voz tan vigente y actual?
Hay algo en lo que debo remontarme a la escuela de teatro. Yo tuve una base maravillosa de impostación de la voz. Hoy prácticamente nadie habla de eso, pero para que la voz se mantenga en el tiempo hay que volver a los viejos ejercicios de aquella época, es decir hay un montón de ejercicios que uno debe hacer no sé si a diario, pero no te podes dejar estar una semana sin hacer, muchos de esos ejercicios permiten mantener la voz joven aunque uno ya no sea joven. Eso es lo que hace que uno pueda estar vigente a pesar de los años
¿Proyectos, metas, sueños por cumplir?
Una de las cosas que hacen que uno sea feliz y que pueda seguir sonriéndole a la vida es justamente tener proyectos, no se puede dejar de tener proyectos, entonces siempre hay un proyecto, una meta, un sueño que uno quiere cumplir. Por ejemplo, a mí me gustaría trabajar mucho más de lo que lo estoy haciendo para Chile que me dio tanto, y que ahora estoy un poco alejado porque por la pandemia no me he podido mover demasiado, hace mucho tiempo que no voy. Me gustaría volver a protagonizar, esto es autoreferencial pero quiero decirlo, cuando estuve en Chile estuve entre los 5 locutores que más trabajábamos en Santiago. Eso tiene mucha importancia para la autoestima de uno y también para el bolsillo. Una de las metas sería eso, un día volver a competir con los mejores
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