OPINIÓN
La convicción y la confianza marcaron la conducta de la Selección Argentina para atravesar la barrera de la clasificación y estacionarse como primero del Grupo C del Mundial de Qatar 2022, de cara a los octavos de final.
Con goles de Mac Allister y Julián Alvarez, el seleccionado argentino transitó la victoria frente a Polonia y desparramó el ímpetu en un partido muy favorable. Entró como primero de su Grupo y se enfrentará a Australia que quedó segundo en la zona D.
En el primer tiempo fueron muchos los intentos y las situaciones ofensivas generadas por el seleccionado argentino que se vieron frustradas por el arquero Wojciech Szczesny (1,95 m. de altura) que ataja en Juventus de Italia y que en el estadio 974 se paró en modo hombre elástico. 
El muchacho vestido de amarillo miraba de atrás a los dos defensores centrales de 1,90 y de 1, 89. Imposible entrarles por arriba. La forma era por abajo. Lionel Messi generó el primer remate que atajó el polaco, después fue Julián Álvarez y el rebote de Acuña tampoco pudo ser porque el arquero estaba atento y ubicado en el lugar exacto.
Le atajó una a Di María, otra a Álvarez y llegó el centro para el cabezazo pero Messi que tuvo el guante del arquero en la cara. Control del VAR y penal. El arquero mostraba confianza y les señaló a sus compañeros como diciendo “lo atajo yo”. 
Así fue y sacó el remate enviado por Messi. El polaco estaba encendido y siguió sacando remates de Álvarez y también de Di María. La llama argentina seguía prendida a pesar del penal desaprovechado.
La ansiedad se apreciaba en los once argentinos formados en la cancha esperando a Polonia para iniciar el segundo tiempo. Que comenzó con una ráfaga y el gol de Alexis Mac Allister para sustentar el dominio realizado hasta allí.
Los polacos altos tenían poca reacción frente al monopolio de la pelota ejercido por el seleccionado argentino, que tocaba de lado a lado, inducido desde la figura de Rodrigo De Paul. Y acelerado el juego cuando el balón le iba a Messi. 
Era de esperar y nadie se extrañó que a los 22' otro argentino debutara con el gol. Julián Álvarez marcó el segundo. Era por abajo y el arquero polaco no llegaba.
El mar de la tranquilidad invadía a los argentinos en el césped, pero despertaba el fervor en las tribunas del estadio 974, el que se construyó utilizando esa cantidad de contenedores como parte de la estructura.
Ni perdiendo 2 a 0 los polacos salían a atacar. Estaban sumidos por el acoso constante de las camisetas violetas usadas como alternativa. 
Argentina no dependió de nadie. Tomó el protagonismo y se enfureció de ganas para ganar el encuentro y pasar a la otra parte, en donde sólo quedan 16 equipos.
Está en octavos de final y Argentina avanza.
