Lucioteca
La noticia triste para los argentinos decía: “Bombazo en el básquetbol masculino rumbo a los Juegos Olímpicos de París 2024. Argentina perdió 82-75 ante Bahamas en la final del Preclasificatorio Olímpico FIBA 2023, resultado con el que dice adiós a toda posibilidad de calificar al torneo del año próximo en territorio francés.
La Albiceleste, vigente subcampeona del mundo y actual campeona de América, volvió a ser víctima del poderío bahameño con tres NBA en sus filas. Será la primera vez desde Sydney 2000, que el seleccionado argentino no irá a Juegos Olímpicos”.
Fueron seis ediciones olímpicas con presencia celeste y blanca. Todas desde 2000 hasta nuestros días.
Y a eso hay que sumarle otro malísimo suceso que es la ausencia en el Mundial iniciado este viernes en Japón, Indonesia y Filipinas. El Seleccionado Argentino ya había quedado afuera al perder frente a República Dominicana, en Mar del Plata, unos meses atrás.
Cuesta creer que el combinado que le dio tantas alegrías a los argentinos haya quedado al margen de los dos máximos torneos que agrupa a los mejores del mundo.
Hubo una camada de jugadores, con algunas renovaciones, que nos acostumbraron a verlos ganar. A verlos como protagonistas en cualquier torneo que participara y hasta el poderoso Estados Unidos quedó rendido a los pies de los argentinos en varias ocasiones. 
Y veamos los números y colores de medallas que tienen con orgullo los jugadores y los entrenadores en sus casas.
Pero conviene aclarar que Argentina logró coronarse en el primer Mundial en 1950, disputado en Buenos Aires. Después ese equipo logró el 4to. puesto en los Juegos Olímpicos de Helsinski 1952. Y luego vendría una sequía y un manto de realidad, con el mundo del básquetbol, en donde otros países se tomaron muy en serio a los seleccionados y sus participaciones en los principales torneos.
En los Juegos, Argentina estuvo sin clasificarse en 10 Juegos Olímpicos (en 1980 se unió al boicot a Moscú y no participó) desde 1956 hasta cuando jugó en Atlanta 1996. Luego vendría la ausencia en Sidney. Para retomar desde ahí la participación continuada.
Y en Mundiales participó en 8 de 12 Campeonatos disputados con un 6to lugar como mejor posición en 1963, hasta Indianápolis 2002.
Llegaría el subcampeonato Mundial 2002
Esas actuaciones y frustraciones de quedar afuera se fueron olvidando cuando el Seleccionado argentino de básquetbol pasó a ser potencia y tomó consideración con triunfos sobre los NBA de EE.UU. a partir del Fiba Américas 2001. Continuando con la victoria en el Mundial de 2002 en la propia ciudad estadounidense de Indianápolis donde Argentina perdió la final frente a Serbia. 
Ese equipo fue subcampeón Mundial con Emanuel Ginóbili, Alejandro Montecchia, Hugo Sconochini, Lucas Victoriano, Fabricio Oberto, Luis Scola, Andrés Nocioni, Juan Ignacio Sánchez, Rubén Wolkowyski, Leandro Paladino, Gabriel Fernández y Leonardo Fernández lo hicieron posible.
De ese plantel se fueron sumando argentinos a los equipos de la NBA. Nada era raro. Esos jugadores del Sur de América tenían un gen especial de talento y pasión.
La época de oro
Justamente a los jugadores que integraron los planteles a partir de esa medalla de plata en el Mundial de 2002 se los denominó la Generación dorada del básquetbol argentino.
Argentina no faltaría en 20 años a ningún Mundial ni Juego Olímpico. Era una fija su participación y además se ganó el respeto para convertirse en animador permanente con sus estrellas en crecimiento
Con la mayoría de los mismos jugadores y con Walter Herrmann y Carlos Delfino en el plantel, llegaría la medalla de oro en los Juegos de Atenas 2004 venciendo a Italia en la final. 
Teníamos la continuidad de verlos en “modo protagonista”. Y la Generación Dorada brillaba con una medalla de bronce en los Juegos de Pekín 2008 y un cuarto puesto en Londres 2012 y 8vos. lugares en Río de Janeiro 2016 y Tokio 2020. Por supuesto que algunos lugares del plantel se iban sustituyendo.
En los Mundiales participó en 2006 (4°), 2010 (5°), 2014 (11°) y fue subcampeón en 2019
Claro, los jugadores del 2002 renovaban ilusiones en cada campeonato pero la edad les pasaba factura a algunos. Se iban retirando y eran remplazados por otros jóvenes valores y con la presencia experimentada de Luis Scola y Carlos Delfino como sobrevivientes de aquella Generación Dorada.
Y un día los vi jugar…
En forma personal veía torneo tras torneo que los genios y las figuras se apagaban y antes que eso sucediera me di el gusto de ver a varios en acción.
En un torneo triangular frente a Australia y Lituania jugado en Buenos Aires, previo a los Juegos Olímpicos de Río 2016, pude verlos jugar a Ginóbili, Nocioni, Delfino y Scola que estaban con otros jóvenes y no tanto como Campazzo, Laprovittola, Deck, D'Elía… 
Ellos nos acostumbraron a mirarlos encumbrados entre los mejores. Fueron más de veinte años de presencias en la elite mundial con medallas, finales ganadas y perdidas con el talento argentino a flor de piel.
Ellos acostumbraron a los argentinos y al mundo a hablar de la Generación Dorada. A emocionarnos, a gritar, a sufrir los últimos segundos, a esperar el triple, el doble en la última bola
Ahora son ex jugadores, dirigentes, periodistas, empresarios que miran desde afuera, con excepción de Delfino (41 años) y realmente los extrañamos. No estamos ni el Mundial ni en los próximos Juegos Olímpicos.
Gracias Generación Dorada por 20 años de protagonismo.
