Tener que marcar a los dos de los mejores delanteros del mundo en menos de 15 días no es algo que antes pasaba a menudo. Son hechos que en nuestros días se pueden producir en una Copa del Mundo de la FIFA, en una Liga de Campeones de Europa y hasta en un torneo de Liga de un país.
El mundo del fútbol se ha transformado tanto en los últimos 40 años que en los torneos europeos se pueden enfrentar a los mejores del mundo tofos los domingos. Jugar frente a figuras de Manchester City, del United, de Real Madrid, de Inter, de Bayer Munich se puede producir tato en los torneos locales de cada nación o en la Champions o la Europa League…
La apertura a otros destinos futbolísticos ha mudado a las estrellas del fútbol a torneos como en EE.UU. y Arabia Saudita. Y se muestran como ejemplos a Messi, Cristiano Ronaldo y Neymar.
Pero en los años sesenta del siglo pasado equivalía a un imposible, salvo que fuese en un Mundial.
De Gimnasia a La Plata y luego a Boca
Para el mendocino Roberto Domingo Rogel (nacido el 20 de julio de 1944) fue posible entre el 11 y el 25 de agosto de 1968 cuando Boca Juniors organizó un torneo amistoso pentagonal que se jugó en su totalidad en La Bombonera y debió marcar nada menos que a Pelé y a Eusebio.
El Conejo Roberto Rogel era uno de los marcadores centrales de los Xeneizes, que se inició en el lobo del Parque, en Gimnasia y Esgrima. Su capacidad lo llevó al fútbol profesional, cuando pasó con 19 años a Gimnasia La Plata en 1963. Jugó 112 partidos y se mantuvo hasta fines de 1967. Lo compró Boca Juniors y tuvo su debut en un amistoso el 19 de diciembre de ese año frente a la selección de Hungría (3-3).
En Boca Juniors logró la titularidad desde 1968, hasta que se fue en 1975. Era muy aguerrido, recio, con buena marca y gran cabeceador. Llegó a la Selección Argentina y disputó 10 partidos.
En el pentagonal de agosto del '68 participaron Santos de Brasil con la figura máxima de Pelé, Benfica de Portugal con Eusebio en su esplendor, Nacional de Uruguay, River Plate y el equipo local. Se jugaron 10 partidos, todos contra todos durante 15 días.
Eusebio había nacido en Mozambique (que era una colonia de Portugal) y fue campeón de Europa con Benfica, con el que ganó además 10 títulos locales, además de ser goleador europeo y terminó con el Botin de Oro en el Mundial de Inglaterra 1966, con 9 goles con Portugal. Le decían La Pantera de Mozambique.
Pelé era multicampeón con el Santos en Brasil, 2 Copa Libertadores, 2 Intercontinental y hasta ese momento había sido campeón Mundial con Brasil en 1958 y 1962.
Los resultados del torneo fueron: Boca 1-Benfica 1, Boca 5-Nacional 1, Santos 2-River 1, Santos 4-Benfica 2, Santos 2-Nacional 2, River 3-Benfica 3, Nacional 2-Benfica 1, Boca 0-River 0, River 0-Nacional 1 y Boca 1-Santos 1.
El último partido, el 25 de agosto, se enfrentaron Boca y Santos sin sacarse ventajas. Para Boca jugaron: Roma, Suñé, Meléndez, Rogel, Ovide; Roberto Cabrera, Rattin y Ángel Clemente Rojas; Jorge Fernández, Alfredo Rojas y Alberto González. En Santos jugaron: Gilmar, Carlos Alberto, Ramos Delgado, Oberdam, Rildo; Lima; Joel, Amauri; Toninho, Pelé y Edú. Para los brasileños marcó Toninho y para los Xeneizes Angel Rojas.
El torneo lo ganó Santos, segundo fue Boca, tercero Nacional, cuarto fue River y quinto terminó Benfica.
Para el mendocino Roberto Rogel fue una experiencia que guardó entre los mejores recuerdos de su campaña futbolística. Enfrentó a Pelé y Eusebio en un tiempo que era muy raro tenerlos de rivales.