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HISTORIAS

Tula: el bombo de Perón, el Papa y todas sus aventuras

El singular personaje, de 82 años, que recibió el premio The Best como representante de la hinchada argentina, algunas veces tocó el bombo en partidos en Mendoza. Estuvo en 13 mundiales desde 1974.

EL TULA

Cuando se anunció al ganador del premio a la “mejor afición o mejor hinchada”, se lo pudo ver y escuchar al Tula, un simpatizante argentino de 82 años, como representante de la hinchada argentina en el último Mundial de Qatar 2022. 

En la fiesta The Best organizada por la FIFA, el lunes 27 de febrero de 2023, que entregó los premios a los mejores del 2022, la hinchada argentina fue elegida "la mejor afición del mundo". 

Después, el 23 de marzo, en el festejo organizado por la AFA, para la primera presentación de la Selección Argentina, en el Monumental, como campeona del Mundo, el Tula subió con su bombo y a su lado Fernando Romero, autor del himno “Muchachos” se encargó de hacer cantar a más de 80 mil personas. 

El primer paso del Tula por Mendoza

El mismo Tula se titula: "Soy parte de la historia de los Mundiales porque desde 1974 he ido a todos”

Nacido en la ciudad de Rosario, Santa Fe, anotado como Carlos Pascual Tula, el 11 de setiembre de 1940 este personaje de las “canchas y las movilizaciones” es un hincha de Rosario Central, que durante muchos años integró una agrupación peronista llamada los “Bombos de Perón”. 

EL TULA
El Tula y su pasión: el bombo.

Pero la historia es larga y los vaivenes del Tula fueron variados. Emparentado con el poder político, la dirigencia gremial y futbolística gozó de viajes, sueldos, viáticos que respaldaban su presencia. Tanto en Mundiales como en movilizaciones en apoyo a ciertos políticos o paros nacionales.

Tuve la ocasión de escuchar al propio Tula, contarme su historia en 1972, aquí en Mendoza, en los escalones de la tribuna popular de Andes Talleres. En ese estadio, el 1 de abril, fue local Huracán las Heras frente a Deportivo Maipú e igualaron 2 a 2, por la 4° fecha, del torneo de la Liga Mendocina de fútbol. 

Venía solo con su bombo reluciente y pintado con el símbolo del Partido Justicialista, con Juan Domingo Perón y Evita y del otro lado el escudo de Rosario Central. Con su notable renguera y su paso calmo, se dirigió hasta la popular del Sur en donde había simpatizantes de Maipú. 

El adolescente quería saber más de ese hincha desconocido que estaba a su lado y tocaba el bombo en medio de simpatizantes mendocinos. La propia voz del Tula decía “Soy de Rosario Central y vengo viajando desde hace un mes desde Colombia. Junté unos pesos con los comerciantes que me ayudaron, hice rifas y me saqué el pasaje en avión para ver a mi equipo jugar la Copa Libertadores”.

EL TULA
El Tula, Quique Wolff y Miguel Angel Brindisi. Atrás, el Pato Fillol.

En esa Copa de 1972, Central integró el grupo 1 y tras igualar con Independiente de Avellaneda, debió jugar en Colombia en donde igualó 0 a 0 con Independiente Santa Fe en Bogotá (22 de febrero) y le ganó 1 a 0 a Nacional en Medellín (24 de febrero). 

Y siguió contando: “No tenía un mango para el pasaje de vuelta y en Colombia empecé a tocar el bombo acompañando a distintas hinchadas y me daban unos pesos para comer. También juntaba guita para dormir en cualquier lugar. Viajé a Ecuador porque el tema era bajar hasta llegar a Argentina. Pasé por Perú, por Bolivia y pasaban los días. Crucé a Chile y seguí bajando y tocando el bombo”.

Había pasado más un mes y medio de su partida desde Rosario y el Tula llegó a Mendoza. “Vine a ver a Alejo Medina (jugador de Deportivo Maipú), que lo conozco porque es de Rosario y jugó en Central. Me pagó dos noches de hotel y el pasaje para Rosario”.

La renguera y la historia del bombo

En otro momento de calma, con el bombo a su lado, el Tula, ante la curiosidad del adolescente, contó: “Yo quedé así con la renguera y me salvé que me mataran en la cancha de Gimnasia La Plata en 1969. Se nos vinieron los hinchas del Lobo y me caí desde la tribuna, o me tiraron. Tuve muchos problemas para rehabilitarme y quedé así para toda la vida”. 

¿Y este bombo? Con orgullo dijo rápidamente “Me lo regaló el General Juan Domingo Perón el año pasado (1971) Yo estaba obsesionado por conocerlo pero no tenía un peso y se me ocurre pedir ayuda a través de la televisión para ir a España. Fui a Canal 5 y me dieron un espacio. En la nota dije que quería regalarle el bombo al general Perón en España y que los peronistas y no peronistas debían ayudarme. Debían firmar el bombo y con cada firma, darme algo de plata. Y con esa guita me fui. Viaje en un barco en tercera con el bombo repleto de firmas de hinchas de Central, jugadores, sindicatos…”

EL TULA
El Tula junto a Juan Domingo Perón.

El ex presidente Perón estaba exiliado y vivía en España en la quinta llamada Puerta de Hierro en Madrid.
“Y llegue a la casa. Golpeé la puerta y me estaban esperando Perón y Rucci (Juan José, dirigente sindical de la Unión Obrera Metalúrgica). cuando lo vi al general se me aflojaron las piernas, quedé medio boludo y ahí Rucci le dice a Perón: "este compañero es de la hinchada de Central, un peronista que hizo muchos sacrificios para conocerlo". Y el General me dice: "Yo tenía mentas suya, m'ijo.."
Y Tula continuó la historia: “Me preguntó el General Perón ¿Qué necesitás? Y yo le pedí un bombo nuevo y un pasaje de vuelta a Argentina. Mandó a comprar lo que había pedido y al otro día me trajeron un bombo alemán. Es éste mirá”. El bombo era de plástico, parecía indestructible. Acá no los vendían. Sólo había de madera y cuero. 

Los bombos de Perón

Los gobiernos militares se sucedían en Argentina, desde junio de 1966 y durante la presidencia del general Lanusse se produjo una apertura para los partidos políticos y la actividad sindical. Por eso Perón pudo regresar y pasar unos días en el país. 

El 17 de noviembre de 1972, Perón llegaba tras casi 18 años de exilio desde 1955 cuando fue derrocado. José Ignacio Rucci, cabeza de la principal central obrera, la CGT, lo protegía de la lluvia con un paraguas, en la escalera del avión. 

EL TULA
El infaltable bombo del Tula en los mundiales. Fue a 13 ediciones.

Eran tiempos de movilizaciones con dos candidatos principales: Héctor J. Cámpora (Frente Justicialista de Liberación-Frejuli) y Ricardo Balbín (Unión Cívica Radical). El Tula estaba presente con su bombo en cada manifestación peronista. Las elecciones de marzo de 1973 proclamaron a Cámpora, como nuevo presidente argentino. 

Los Bombos de Perón eran una organización no oficializada pero que recibía pasajes, comidas, estadías para estar presente en cada acto peronista. 

Su primer Mundial

En 1974 el Tula se consiguió los “sponsors” para viajar al Mundial de Alemania 1974 y de ahí no paró más a cada Mundial de la FIFA. Tiene asistencias a 13 mundiales. 

El 24 de marzo de 1976 se produjo el Golpe Militar que derrocó a María -Estela Martínez de Perón y comienza una nueva dictadura. No hubo manifestaciones. Estaba prohibido todo. 

El Tula se muda de Rosario a Lomas de Zamora en donde reside actualmente y en esos tiempos se la rebuscó con trabajos temporales y como vendedor ambulante. 

EL TULA
Los años pasan pero la pasión no se pierde.

En 1982, se produce una apertura a las manifestaciones y al accionar de los partidos políticos. El Tula y su bombo entran nuevamente en acción.

A Mendoza volvió en octubre de 1983, en el último acto de campaña, en esta provincia para el candidato peronista Italo Lúder. Se lo pudo ver en las inmediaciones de un hotel en calle Amigorena, que tenía los beneficios de un poderoso sindicato. Ahí se alojó Tula y más de 20 afiliados justicialistas con sus bombos. Pero las elecciones el 30 de octubre, las ganó el radical Raúl Alfonsín.

Mientras su bombo sonaba en los actos justicialistas o las movilizaciones sindicales. El Tula se movía como vendedor de diversos artículos en el Congreso de la Nación. Su simpatía y estilo le abrían las puertas de las oficinas y despachos de diputados y senadores. De tanto ir consiguió un puesto de operario y fue a trabajar hasta lograr la jubilación. 

Con sus problemas físicos, moviéndose con bastón y a veces en silla de ruedas, se lo ha visto en la hinchada argentina en cada Mundial. Durante el torneo de Sudáfrica 2010, pudimos hablar y le recordé el suceso de su primera visita a Mendoza en aquel 1972. “Ehhh , que memoria tenés”, me dijo con una sonrisa. 

También me lo crucé en Brasil 2014, Rusia 2018 y este recordado e inolvidable Qatar 2022. 

Hasta lo recibió el Papa Francisco

Como si fuera poco Tula, fue recibido por el Papa Francisco en el Vaticano durante la visita de las selecciones de Argentina e Italia en agosto de 2013. El personaje no formaba parte de la delegación oficial, pero cuando el pontífice se enteró de su estancia allí, lo hizo pasar.

EL TULA
Con 82 años, el Tula no se pierde la oportunidad de viajar con la Selección.

Fue el penúltimo en saludar Francisco y antes de que el Papa empezara la bendición, el Tula arrancó con el bombo, que así sonó por primera vez en la Sala Clementina del Vaticano. 

Para Tula, que vio 13 mundiales y vio a Argentina levantar 3 veces la Copa, fue más inolvidable porque hasta la Fifa lo eligió para recibir el premio The Best, como símbolo de la mejor hinchada. 

A los 82 años tiene muchas historias para contar. Hay que invitarlo a un asado y escucharlo. Nada más. 

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