HISTORIAS
A partir del 5 de noviembre, la provincia de San Juan será el escenario del International Six Days Enduro (ISDE), la competencia más importante de esta disciplina del motociclismo que se desarrolla anualmente hace más de 100 años en distintos puntos del mundo y que llevaba cinco años sin disputarse hasta 2022. Al igual que otros participantes, el equipo de los Del Pozo, del departamento de Rivadavia, intentarán estar presentes en este torneo de escala mundial pero con un detalle: lo harán en una moto clásica.
Claudio Del Pozo posee una Honda XR 250 del año 1993, un clásico del motociclismo que tiene ya 30 años de antigüedad pero que levanta admiración y despierta suspiros a los ojos de los entendidos en la materia. A su vez, su hijo Gastón Gabriel Del Pozo, de 19 años, posee condiciones para poder ser un piloto diestro en el arte del Enduro que lo han llevado a participar con su joven edad en la categoría Seniors de los campeonatos tanto provinciales como nacionales.
Si bien la idea original era participar del evento con una moto alquilada (el costo de los 6 días ronda los 1500 dólares), las situaciones personales de la familia llevaron a que los gastos sean imposibles de costear y que la competencia se alejara del horizonte. Sin embargo, uno de los organizadores del evento acercó la propuesta de correr con la reliquia de Claudio y lograr, ante los ojos de los espectadores, demostrar como los clásicos nunca pasan de moda.
“No vamos a improvisar, intentaremos ponerla en pista lo mejor armada posible, como un tanquecito. Al principio me pareció una locura, pero después pensándolo en frío me pareció una gran idea. Además era la forma de que Gastón no se quedara con las ganas de participar del esta competencia”, nos contó Claudio del Pozo, a la vez que sumó: “en nuestra casa se respira motociclismo desde que tengo uso de la razón”.
Por supuesto, el objetivo no es pelear por el título: la mecánica ha avanzado en 30 años de una manera que resulta prácticamente imposible competir contra una motocicleta cero kilómetro. Sin embargo, el dejo de nostalgia que levantará en los presentes la presencia de la Honda XR 250 le dará una mística y una impronta épica a la competencia. Gastón buscará llegar a completar el desafío y de esta manera lograr una hazaña de terminar una de las pruebas más difíciles del Enduro en una moto antigua.
Para quienes quieran seguir la preparación, pueden hacerlo a través de su página de Instagram. El equipo se está moviendo para recaudar dinero, ya que no solo es costoso el evento en sí, sino para poner a punto la XR Honda 250 y dejarla en condiciones para lograr el sueño. Un sueño que arrancó como locura pero que va encaminado: poco a poco Gastón va encariñándose con su nueva compañera y, si todo sigue sobre ruedas, en noviembre estará viéndose las caras con uno de los desafíos más importantes del motociclismo arriba de una clásico que su padre guardaba.
