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Una pelea no registrada en Venezuela: Locche y Monzón contra los que vengan

El mendocino Nicolino Locche perdió en su intento de recuperar el título y fue acompañado por Carlos Monzón que era campeón de los medianos. Lo que sucedió tras la pelea fue de película.

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La voz del hombre que ganaba sus batallas arriba de un ring resonó fuerte y seca: “Tiren si son machos, pero tiren, si no, los mato a trompadas”.

Era el campeón mundial de boxeo de los medianos, el único, en tiempos en los que sólo había dos organismos que regían el boxeo y en ambos Carlos Monzón sacaba pecho.

Como lo hizo frente a unos provocadores que estaban armados en la ciudad de Maracay en Venezuela

Todo sucedió la noche del 18 de marzo de 1973, tras la dura derrota de Nicolino Locche, que había tratado de recuperar su corona de peso welter juniors.

La historia hasta llegar a Maracay

Locche había perdido el título mundial de la Asociación Mundial de Boxeo el el 3 de octubre de 1972, por puntos en Panamá, ante el local Alfonso Frazer

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Nicolino, volvió a entrenar en el gimnasio y en noviembre regresó al Luna Park para vencer al mexicano Gerardo Ferrat, en diciembre a Ray Mercado (Puerto Rico) y en enero del '73 a Pedro Adigue Jr. (Filipinas). En Mendoza le ganó al portorriqueño Benny Huertas ante unas 15 mil personas en el estadio de Gimnasia y Esgrima, en la noche del 9 de febrero de 1973. Estaba dispuesto a pelear por el título y recuperar la corona.

Otra oportunidad para Nicolino

En tanto, Frazer, sin exponer la corona, ganó tres peleas (dos de ellas a los mendocinos Carlos Aro y Juan Domingo Corradi). Pero en su primera defensa del título perdió por nocaut en el 10º frente a Cervantes.

Cervantes “Kid Pambelé”, en devolución de gentilezas, le dio la oportunidad a Nicolino, que le había dado la oportunidad al colombiano en el Luna Park en 1971 y había vencido el mendocino.

Para esta pelea en Maracay, el mendocino redobló su preparación, ya sin don Paco Bermúdez y bajo la tutela de Cavillón. Había viajado como sparring Carlos María Giménez, que meses después tendría la ocasión de pelear por el título del mundo con Cervantes y correría la misma suerte de Locche (nocaut 5º).

La delegación argentina viajó primero a Caracas, en donde tuvo unos días de entrenamiento antes de ir hasta Maracay a 109 kilómetros. Además del sparring y el DT, iban con ellos Lectoure y el doctor Paladino.

La sorpresa para los venezolanos se produjo cuando el mismísimo Carlos Monzón llegaba cinco días antes de la pelea para acompañar a su amigo Nicolino. El santafesino estaba en su apogeo y con 31 años venía de realizar 4 defensas de su título mediano.

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Había vencido en cadena en 1972 a Denny Moyer en Roma, a Jean Claude Bouttier en París, a Ton Bogs y a Bennie Briscoe en el Luna Park.

Fue un gran apoyo para toda la delegación que un campeón, considerado de los mejores de todas las épocas de su categoría, estuviera en el gimnasio y además en el rincón de Nicolino el día de la pelea.

El colombiano Antonio Cervantes, apodado Kid Pambelé, hacía su segunda defensa del título y venció a Nicolino por abandono en el 9º round en la plaza de toros Maestranza César Girón, en Maracay, el 18 de marzo del '73.

El mendocino había recibido la mayor golpiza de su vida y antes de que tiraran la toalla desde su rincón, cuando tenía la pelea perdida largamente por puntos. Su técnico era Osvaldo Cavillón y tomó la decisión de terminar el combate. Nicolino se disponía a salir al 10º round pero el promotor Tito Lectoure (dueño en ese momento del estadio Luna Park) lo tomó de la espalda, mientras Locche trataba de zafarse.

Un corte en el pómulo izquierdo debió ser suturado con seis puntos en un hospital mientras la tristeza de la delegación argentina no se podía contener. 

Monzón viajó para alejarse de una interna familiar

El exitoso año '72 de Monzón y los dólares que ganaba en cada pelea, lo llevaban en su vida privada a cometer muchos excesos. A su esposa Mercedes Beatriz García, con el apodo “Pelusa”, le molestaban los llamados telefónicos que contaban las infidelidades de Carlos, ya sea de las propias involucradas o de alguien que lo había visto. 

También Monzón era un hombre propenso al consumo de alcohol e incluso en el festejo de fin de año (1972) debió ser internado por la gran cantidad de bebidas alcohólicas que había tomado.  Se emborrachaba y se ponía violento.

A fines de febrero de 1973 tuvieron una discusión y Pelusa tomó una escopeta y lo corrió para balearlo. En medio de la persecución -cuenta Carlos Irusta en el libro “Monzón la biografía definitiva”- Pelusa apoyó el arma en el barro lo que no permitió que las balas salieran límpias.

A Monzón lo hirieron dos balas, una en el omóplato izquierdo y otra sobre el brazo derecho, que no tuvieron incidencias graves, pero demandaron intervenciones quirúrgicas.

Para enfriar la situación en la interna familiar, Tito Lectoure y el entrenador Amilcar Brusa le aconsejaron al campeón que viajara a Venezuela para ver la pelea. En esos días en Maracay se congenió una amistad con Nicolino.

Después de la pelea de Nicolino

Pero tras la amargura después de haber cenado se produjo el hecho callejero que elevaría la condición de Monzón a la de un auténtico valiente.

Se disponían a entrar al hotel y desde un auto en el que iban cuatro hombres uno le gritó:
“Monzón, te apuesto mil dólares a que tú no puedes ganarle a Mantequilla Nápoles”.

Y Monzón respondió: “Yo no hago apuestas, yo peleo”.

Le dijeron entonces: “Qué vas a ser boxeador, tú eres un cobarde”.

No se hizo esperar la respuesta: “Tómensela que no quiero líos”.

Los tipos se bajaron y comenzaron a insultar a todos los argentinos y se fueron atrás de Monzón, que al recibir las provocaciones corrió a uno y los otros tres fueron al auto y bajaron con tres revólveres y una ametralladora.

Entonces Carlos les gritó que tiraran y se sintió una descarga de ametralladora al aire, cuando Monzón se abalanzó sobre otro que tenía revólver y lo puso nocaut.

A otro que venía con otra pistola, Monzón se le abalanzó y lo redujo. Y con el de la ametralladora de frente, se tiró de su camisa y rompió los ojales para poner el pecho valiente y le gritó: “Tirame o te rompo a trompadas”. 

Después, todos los argentinos se pusieron contra la pared y comenzaron a pelear a trompadas hasta que los agresores alcoholizados subieron al auto y se fueron.

Cherquis Bialo “Robinson", el periodista enviado de El Gráfico, escribió que tras ese suceso: “A Monzón le costó dormirse y le temblaban las manos. Estoy frente al hombre más guapo que vi en mi vida”.

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Lo que vino después

Para el campeón Cervantes continuaba su carrera triunfal. Realizó 21 combates de título mundial, de los cuales 18 correspondieron a defensas de su título. Fue campeón de su categoría, de las 140 libras, durante casi ocho años (lo retuvo hasta 1976, lo recuperó en 1977 y lo perdió definitivamente en 1980). Tiene un puesto en el Salón de la Fama del Boxeo y es considerado el mejor wélter junior de la historia.

Monzón conoció a Susana Giménez durante el rodaje de la película La Mary, se separó de Pelusa, le ganó a Mantequilla Nápoles, y carrera boxística continuó hasta que se retiró como campeón el 30 de julio de 1977.

Hacia 1981, se unió en pareja con Alicia Muñiz, con quien tuvo un hijo, Maximiliano. El 14 de febrero de 1988, en la ciudad de Mar del Plata la pareja alquilaba una casa, y al volver en la noche. Con muchas copas de más en estado de ebriedad, Carlos discutió con Alicia, la golpeó salvajemente y finalmente la lanzó desde el balcón y luego se arrojó el mismo desde el primer piso. El boxeador fue juzgado y declarado culpable en un juicio condenado a 11 años de prisión por homicidio simple.

En cumplimiento de su condena en la unidad penitenciaria Las Flores, en la ciudad de San Fe, cuando transcurría la etapa final de su condena, comenzó a gozar de salidas restringidas para trabajar y sufrió un accidente automovilístico. Murió por esa causa el 8 de enero de 1995 a los 52 años.

Todos sus títulos quedaron en la estadística, pero su nombre se manchó para siempre con ese asesinato. Un femicidio que no quedó impune. 

Nicolino dejó de boxear tras la derrota frente a Antonio Cervantes en 1973 pero en 1975 regreso al ring y tuvo peleas frente a rivales que no estaban entre los mejores del mundo, hasta que se retiró definitivamente en el '76 con 36 años. El 7 de setiembre de 2005 muy afectado de los pulmones por su vicio al tabaco, moría en la capital mendocina a los 66 años. 

Ambos ex campeones del mundo argentinos tuvieron sus homenajes y el nombre de Carlos Monzón ingresó al Salón Internacional de la Fama del Box en 1990, para Nicolino Locche el reconocimento llegó en 2003. 

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