COPA LIBERTADORES
En San Pablo, el Xeneize vivió otra de sus noches históricas de Copa Libertadores: Boca Juniors derrotó por 4 a 2 en penales al Palmeiras y de esta forma se metió en la gran final del certamen, en donde se enfrentará a Fluminense. El 1 a 1 en la revancha mandó el partido a la definición desde los 12 pasos y el arquero de Boca, Chiquito Romero, volvió a consagrarse tapando dos disparos.
Los de Almirón jugaron un gran primer tiempo en tierras brasileñas y, promediando la primera parte, una guapeada de la Bestia Merentiel por izquierda terminó en un pase al segundo palo que Cavani empujó al gol. Sin embargo, en el complemento el Verdao salió al ataque, los de la Ribera se metieron demasiado atrás y, tras la expulsión de Marcos Rojo (se pierde la final), los locales empataron por intermedio de Piquerez.
A partir de allí, Chiquito Romero comenzó a agigantar su figura, luciéndose con una serie de atajadas que mandaron la serie a los penales, en donde contuvo los remates de Veiga y Gómez para darle una nueva clasificación al equipo de Almirón, que superó las tres fases de playoff por esta vía. Para Boca comenzó errando Cavani, pero luego Valdez, Valentini, Figal y Pol Fernández acertaron sus disparos.
De esta manera, Boca quedó a 90 de alzar su séptima libertadores, obsesión que lo desvela hace casi 15 años. Su rival en la gran final será el Fluminense, que tendrá la ventaja de jugar el partido único en su ciudad, Rio de Janeiro, ya que la definición se diputará el 4 de noviembre en el Maracaná.
