córdoba
Lejos parece haber quedado aquel 2001 en la Plaza Próspero Molina en el que miles de personas formaban parte, sin saberlo, del inicio de un festival que cambiaría la forma de ver y escuchar música en un escenario. Luego de 23 ediciones, el Cosquín Rock continúa más vigente que nunca y esta vez con récord de público.
100 mil personas se reunieron durante el Día 1 para vivir una experiencia musical impactante. Decenas de artistas tocaron desde temprano en los 6 escenarios montados a lo largo y a lo ancho del Aeródromo de Santa María de Punilla.
El Escenario Norte abrió su telón a las 14 hs con Los farolitos, y ya para las 15 hs eran miles los fanáticos que se esperaban para ver a El Bordo. Más tarde La chancha muda y Ojos Locos daban lo mejor de sus repertorios y el camino se iba a allanando para los platos más fuertes de ese escenario.
A las 16.30 se dio el primer gran momento del Cosquín Rock cuando en el escenario La casita del blues, hizo su aparición Wayra Iglesias, hija de Teté, el bajista de La Renga. La cantante hizo delirar al público cuando invitó a tocar nada menos que a su papá y a su tío Tanque, el baterista de la banda. Casi podría decirse que La Renga tocó por primera vez en un festival, o al menos tres cuartos de la banda.
Cerca de las 17.30, Guasones comenzaba su lista de hits y ya para las 19 mientras el sol iba bajando detrás de las sierras, No te va gustar se hacía presente en el escenario Norte con una lista bien cancionera que incluyó como invitado a Facundo Soto en “Tan Lejos”. Uno de los artistas más esperados de la noche era Skay Beilinson que con su guitarra volvió a desatar el pogo más grande del mundo, esta vez en tierras cordobesas.
Del otro lado del predio, en el escenario Sur, los platos fuertes fueron Conociendo Rusia, Rels B, y Turf que entre nostalgias y ritmos, llevaron al público por un viaje musical imponente. Y en ese mismo escenario, el destacado fue uno de los artistas más jóvenes de esta edición de Cosquín. Estamos hablando de Trueno, que llevó todo su flow festivo a las sierras de Córdoba.
Ya llegando al cierre de esta jornada inolvidable para la música nacional, Catriel Ciavarella terminaba de ajustar algunas cositas de la batería mientras Ricardo Mollo y Diego Arnedo se sumaban a una locura del público: un espectador llevó una sandía al pogo -lo que generó el “sandía la la la la laaa”- y el bajista pidió que se la regalara. 
Los acordes de El 38 abrieron la larga lista de Divididos mientras en el escenario Montaña, Catupecu Machu repasaba toda su carrera musical con el power que los caracteriza. Finalmente el cierre de la jornada estuvo a cargo de Juanse que, como ya se sabía, no iba a estar solo. Es así que también dijeron presentes León Gieco, Celeste Carballo, Junior, Ale Kurtz y Mateo Sujatovich en diferentes canciones que pusieron fin a una jornada histórica en Santa María de Punilla.
