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Salud

El motivo por el que nunca debes contener un estornudo

Un análisis detallado del acto de estornudar y por qué podría ser perjudicial intentar detenerlo.

estornudo

El acto de estornudar desempeña un papel vital en la protección de nuestro cuerpo. Sí, puede ser molesto estar estornudando -ya sea por alergias, resfríos u otras causas- pero es por nuestro bien, ya que sirve para expulsar los irritantes de nuestro sistema respiratorio.

Una de las características de este acto es la increíble velocidad a la que un estornudo puede viajar, alcanzando hasta 150 kilómetros por hora, algo que puede traer problemas para la salud si es que no lo dejamos salir normalmente.

La idea de detener un estornudo puede parecer tentadora, especialmente cuando resulta embarazoso o inconveniente. Algunas personas pueden intentar detener un estornudo presionando debajo de la nariz o sujetándola. Sin embargo, detener un estornudo una vez que ha comenzado puede no ser la mejor idea dada la velocidad y la presión que conlleva.

Cómo funcionan los estornudos

El estornudo comienza en los nervios sensoriales de la nariz, que detectan un irritante. Esta información se transmite al cerebro, lo que lleva al estornudo. El estornudo en sí es una secuencia rápida de acciones que incluyen una inhalación profunda, una acumulación de presión en las vías respiratorias, y finalmente, una exhalación fuerte.

Los nervios trigéminos son los nervios sensoriales más grandes de nuestro cuerpo. Tienen un papel fundamental en este proceso, transmitiendo información sensorial desde la cara al cerebro. En la médula espinal, estos nervios se comunican entre sí a través de interneuronas antes de enviar su mensaje al cerebro. Esta comunicación entre los nervios sensoriales es crucial para el proceso del estornudo.

Qué pasa si contenemos un estornudo

Nunca deberíamos intentar suprimir un estornudo. El mecanismo más común es simple: o cerramos la boca, o nos tapamos la nariz para no emitir sonido alguno. Esto, inevitable en situaciones en las que un estornudo sería muy incómodo, aumenta la presión en las vías respiratorias de cinco a 20 veces más que un estornudo normal. Sin salida, esta presión debe transmitirse a otras partes del cuerpo y eso puede dañar los ojos, los oídos o los vasos sanguíneos. Aunque el riesgo es bajo, se han reportado aneurismas cerebrales, rupturas de garganta y colapso pulmonar.

Finalmente, el consejo es claro: intentar detener un estornudo no es la mejor idea. Más bien, convendría abordar los irritantes o tratar las alergias que están causando el reflejo del estornudo. De lo contrario, abraza tu estilo personal de estornudo y estornuda en un pañuelo. Recuerda, cada estornudo está contribuyendo a tu salud al eliminar los irritantes de tu sistema respiratorio.

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