Ecología
Por Jennifer Ibarra - Médica Veterinaria Presidente de Fundación Cullunche
La aprobación por parte del gobierno de Argentina de permitir en nuestro suelo la introducción de trigo transgénico es algo que me enoja y me preocupa. Como miembros de RENACE (Red Nacional de Acción Ecologista) hemos elaborado un documento que fundamenta nuestra oposición a este trigo transgénico.
El trigo transgénico autorizado es denominado HB4 (trigo IND-ØØ412-7) y presenta dos características: resistencia a la sequía y tolerancia al herbicida glufosinato de amonio. Fue autorizado por la Resolución 41/2020 del 7 de octubre de la Secretaría de Alimentos, Bioeconomía y Desarrollo Regional del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, publicada en el Boletín Oficial el 9 de octubre.
Argentina ya está utilizando más de 500 millones de litros de agrotóxicos anuales. Este trigo transgénico que viene con el mismo paquete con el que viene nuestra querida soja transgénica, viene acompañada del herbicida para las malezas. Entonces vamos a seguir aumentando los millones de litros anuales, agregando ahora el glufosinato, más tóxico que el conocido glifosato y además generando malezas resistentes a este agrotóxico, seguirán contaminando nuestra agua, suelo y aire porque además habrá que seguir soportando las fumigaciones aéreas. Estarán introduciendo al ambiente un elemento cuyas consecuencias son impredecibles. Estarán introduciendo un elemento con el cual se hará nada más y nada menos que nuestro pan, el pan que comeremos de ahora en más, y si bien aún dependemos de la decisión que tome Brasil, nadie nos consultó si queremos comer ese pan.
Tampoco podemos decidir si queremos comprar o no productos con OGM (organismos genéticamente modificados) por cuanto por diversos intereses, no nos quieren dar una ley que obligue a etiquetar los productos que los contienen. Esto sí ocurre en otros países en los cuales uno sí puede buscar la etiqueta y decidir si quiere o no comprar ese producto. Yo quiero elegir que comprar y qué comer.
Las circunstancias que estamos viviendo hacen que estemos viviendo un avasallamiento de nuestros derechos. Somos una población vulnerada y vulnerable. No podemos ejercer nuestros derechos. A esto hay que sumarle los cerdos chinos y el llamamiento que ha hecho el Presidente para arremeter con la megaminería.
Lo más triste es que este nuevo trigo no va a dar más trabajo porque ya sabemos que viene todo sistematizado y además esto será tomado y absorbido por el pool del conocido rey de la soja, el grupo Grobo. No se va a ayudar a las pequeñas economías, todo lo contrario. Y por otro lado nos endulzan los oídos hablándonos de agroecología, soberanía alimentaria, cultivos orgánicos y cosas así, queriéndonos hacer creer que les interesa. Y así como están las cosas cada vez más me cierran los incendios y los desmontes. Hay que tener nuevas superficies para el trigo transgénico y para la comida de los cerdos chinos.
Y así, inmersos las 24 hrs en noticieros que solo hablan del coronavirus, la gente no sabe que esto está pasando y los temas importantes quedan tapados con los urgentes. La gente no sabe las cosas que se tejen en gobiernos nacionales y provinciales como ahora, el trigo transgénico. Exijo que nos den la posibilidad de elegir y que los legisladores se pongan a trabajar en estos temas, en temas que sean para cuidar nuestra salud y el ambiente. Esa sería una verdadera representación.
Para quienes estén interesados, pueden buscar en el documento que se ha elaborado, una veintena de fundamentos por los cuales Fundación Cullunche junto a RENACE, nos oponemos al uso de trigo transgénico en nuestro país.
Ver aquí accionesbiodiversidad.org/archivos/328
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