El Congreso del Perú, creado por el Libertador José de San Martín, celebra esta semana el bicentenario de su primera instalación, en medio de una de las peores crisis de su historia y con el marco de un enfrentamiento sin cesar con el Gobierno del presidente Pedro Castillo.
Todas las últimas encuestas coinciden en que la aprobación popular para el Congreso no llega a 10%, mientras que el rechazo se acerca a 90 %. Aunque el Parlamento adoleció muchas veces problemas de conexión con la ciudadanía, lo de ahora tiene muy pocos antecedentes.
Para expertos, el asunto empeoró desde 2016, con la presencia en el Legislativo de fuerzas que complotan contra el Ejecutivo, las que destituyeron a los presidentes Pedro Pablo Kuczynski, en 2018, y Martín Vizcarra, en 2020, y ahora tienen contra las cuerdas a Castillo, al que intentaron ya derribar en dos ocasiones.
"Ahora tenemos muchos 'posfujimorismos': una oposición que (desde el Parlamento) quiere presentarse como primer poder del Estado y gobernar de una manera completamente autoritaria", señaló el politólogo Matheus Calderón, en referencia a herederos del estilo del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000).
"En la práctica, lo que tenemos es casi un parlamentarismo. Es decir, el presidencialismo o semipresidencialismo -como siempre se categoriza al régimen que tenemos en el Perú- se ha venido diluyendo", agregó Calderón en el programa de radio No Hay Derecho.
"¿Es como para celebrar (el bicentenario)? No me parece. Es como para que celebren solo los que llegaron ahí. La ciudadanía no lo celebra, como producto de su mal comportamiento (de los parlamentarios)", ironizó el analista Glatzer Tuesta.
Pero las celebraciones, convocadas por el propio Congreso y que pasan en gran parte inadvertidas para la opinión pública, comenzaron el martes con un tedeum y una sesión solemne y se prolongarán hasta la próxima semana. "Deseo renovar mi reconocimiento a la institución legislativa como órgano representativo de la Nación y pilar de la Democracia y del Estado Constitucional de Derecho", dijo Castillo en un mensaje con motivo del bicentenario.
"El gran reto del Bicentenario debe ser acercar más el Congreso a los ciudadanos, hacerlos partícipes de las funciones legislativas, pero también de las funciones de fiscalización y control político", José Williams Zapata (@Gral_Williams), presidente del Congreso. pic.twitter.com/ztS12tIY7x
Castillo, contra quien está en marcha un tercer intento de vacancia (destitución), no estuvo en la ceremonia, pues había viajado a la Asamblea de las Naciones Unidas. Lo reemplazó la vicepresidenta, Dina Boluarte, de quien los congresistas de oposición ya han dicho explícitamente que quieren sacarla para evitar que tome la posta ante una eventual caída del titular.
Las palabras del mandatario, quien tiene seis investigaciones fiscales en contra y cuyos índices de popularidad también son precarios (alrededor de 25 %, frente a 70 % de rechazo), hacen parte, aparentemente, de un intento de conciliar con el presidente del Legislativo, José Williams.
Pero Williams, general en retiro del Ejército que hace parte de la oposición dura de derecha, se mantiene en que Castillo puede salir mediante las figuras de vacancia o juicio político. Además, si bien aceptó una reunión, exigió que fuera en el Congreso y no en Palacio de Gobierno, como quería el jefe de Estado.
"Castillo cree que con modales de debilidad va a convencer al Congreso para quedarse. La pelea no es así, es a muerte, el Congreso quiere sacarlo. Por lo tanto, el país sigue atascado. No hay Congreso competente, no hay Ejecutivo que actúe", comentó el analista César Hildebrandt.