Jeff Bezos, el hombre más rico del planeta, concretó este martes el sueño de tripular su propia nave espacial y el mundo tuvo un pequeño adelanto de lo que podría convertirse en la nueva diversión de multimillonarios: flotar algunos minutos mirando la Tierra desde lo alto.
Durante poco más de diez minutos, el empresario estadounidense y los otros tres tripulantes -su hermano Mark, una aviadora de 82 años y un joven de 18-, cruzaron el límite de Karman, una frontera imaginaria que separa la atmósfera terrestre y el espacio exterior a bordo de la nave reutilizable, la New Shepard.
"¡Es increíble!", "¡Ay Dios!", gritaron los cuatro casi al mismo tiempo cuando la New Shepard pasó los 100 kilómetros de la Tierra, alcanzó la gravedad cero y sus cuerpos comenzaron a flotar. Emocionada, Wally Funk, la mayor del grupo, se abalanzó sobre Bezos para abrazarlo mientras a un costado Oliver Daemenen, el menor, daba vueltas carnero. Los cuatro tripulantes se chocaron dentro del pequeño habitáculo y gritaron de felicidad. Alguien lanzó pelotitas de color naranja que contrastaban con el azul eléctrico de sus trajes.
El video fue subido por Bezos, fundador de Amazon, a su cuenta de Instagram poco tiempo después de que su aventura concluyera y es quizás, una pequeña muestra de lo que el empresario busca con Blue Origin, su compañía, un turismo espacial y de elite para divertir multimillonarios.
Bezos no anunció todavía cómo serán los programas para conocer ese espacio exterior que hasta ahora parecía sólo terreno de astronautas. Sin embargo, el único lugar disponible en la nave fue subastado en 28 millones de dólares.