Es mucho más que fútbol, es la vida misma

A quién no le ha pasado que te invitan a ir a la cancha a ver a tu equipo favorito y de repente, el inoportuno día y horario te juegan una mala pasada. A muchos de ustedes les quedó la cara por el piso cuando estás en tu trabajo o en la escuela y ves la gente pasar con su camiseta, su gorrito, su bandera, en definitiva, su pasión. Pero yo fui un afortunado en tener a un compañero y jefe como él, se llama Sebastián. 

Leproso hasta la médula, fanático a más no poder. No faltaba a ningún partido. “Podes pedirme cualquier cosa, menos cuando juega Independiente” me decía. Y vaya si lo comprobé.

Más de una vez me decía “¿vas a la cancha mañana no?”, pero el partido era a las 17. No podía por que estaba en horario laboral. ”Maty pedite el día, yo te cubro", y como teníamos tantos días francos para pedirnos, me iba a la cancha. Y él siempre estaba al pie del cañón. Claro que cuando era viceversa, no hacía falta ni siquiera hablarlo, se tomaba el día él y se iba a ver a su querida lepra. Era una cuestión de códigos, de cubrirnos espalda con espalda como siempre decíamos. 

Independiente Rivadavia se juega el partido más importante de su rica historia ante Almirante Brown. Y ahí estará Sebastián, junto a su familia, amigos y allegados, saltando, gritando y sufriendo. ¿Cómo no me voy a alegrar por él? si es uno de los pocos hinchas contrarios con los que podes entablar una discusión futbolera con altura y respeto. Es fanático, sí, pero con cordura.

Hoy muchos hinchas de otros equipos ruegan o menosprecian la final del conjunto azul, y creo que es por una cuestión cultural del ser humano, nos encanta ver sufrir al otro para sentirnos vivos. “Mis logros valen mas que los tuyos, te fuiste a la B, no llenas tu cancha, van últimos y desaparecen, yo estoy en primera, el año que viene juego otra copa y vos la miras por televisión”.

Nos damos el lujo, triste por cierto, de acrecentar nuestro ego con la miseria y la derrota del otro. Por eso estamos así como sociedad. O acaso Argentina no salió campeón del mundo ganándole a potencias como Croacia, Países bajos y la final a Francia, nuestro último verdugo mundialista. ¿Ustedes creen que hubiera sido lo mismo salir campeón ganándole a Costa Rica, Camerún y San Marino? no, les aseguro que no. Uno tiene que vencer a los mejores para salir campeón.

Mendoza necesita mas equipos en primera división, por mas que a algunos “cabeza de termo” no les guste. Por que eso nos haría crecer como sociedad, que hayan dos, tres, cuatro, diez, ¿cuál es el problema?.

Algunos dicen que es sólo un deporte, yo creo que es mucho más que eso, se trata de la vida misma.

Salud pueblo leproso, Mendoza los espera en primera. Que así sea.