Violencia de género
El hecho ocurrió en una vivienda ubicada en Junín, cuando un hombre de 43 años encerró y golpeó a su pareja. Debido a la gravedad de la situación, tuvo que intervenir el Grupo Especial de Seguridad (GES) de la Policía de Mendoza, quienes irrumpieron en la casa y neutralizaron al sujeto con una pistola Taser.
Comandos del GES y negociadores del Grupo de Resolución de Incidentes y Secuestros (GRIS) llevaron a cabo un procedimiento en una casa de la calle Belgrano, en el Este, que inició luego de una denuncia realizada este viernes en la tarde. Dos mujeres de una Iglesia Evangélica afirmaron que otra mujer estaba en una situación grave, privada de la libertad. Además, aportaron los datos de la víctima, de 45 años, quien les había enviado a las denunciantes fotos donde aparecía golpeada.
En tanto, las denunciantes dijeron que ella era amenazada por su pareja y que, “si aparecía un móvil policial en la puerta de su casa, la iba a matar y a quemar en el calefón”.
Por otra parte, en el expediente hay fotos donde se puede ver en la cara de la mujer moretones de distinta data e incluso pruebas de que le habrían arrancados algunos mechones de pelo.
El final de los días de terror
La investigación preliminar constató que la víctima estaba en riesgo y que desde el domingo de la semana pasada no podía salir de su casa. Entonces, por al menos cinco días estuvo encerrada. Desde el Ministerio Público Fiscal se dio intervención al grupo especial, que ingresó en la vivienda en la madrugada del sábado y redujo al sospechoso utilizando una pistola Taser.
De esta forma, el hombre de 43 años está detenido en la cárcel, imputado por “lesiones graves en concurso con amenazas coactivas”, pero desde el Ministerio Público Fiscal informaron que a este expediente se le pueden sumar otros delitos.
Ahora, se realizarán pericias físicas y psicológicas a víctima y victimario, además tomar declaraciones a testigos del caso, entre otras medidas.
Pistolas Taser en Mendoza
En la provincia, sólo grupos especiales utilizan este tipo de armas de electrochoque, que disparan proyectiles con cables que administran corriente suficiente como para afectar los músculos, principalmente las extremidades, e inmovilizar temporalmente.
El uso de las pistolas Taser se realiza en dos tipos de casos: en circunstancias de “autolesiones” de alguna persona o cuando “ponen en peligro a terceras personas”, como es el caso de un victimario que se 'atrinchera' con su familia, en el interior de una vivienda. En lo que va del año, han sido utilizadas en seis ocasiones y, desde su adquisición, en 2016, unas 45 veces.
