RECUPERADORES URBANOS
El texto de la ley 14.346, más conocida como Ley Sarmiento, dice en sus artículos 1° y 2°: “Será reprimido con prisión de quince días a un año, el que infligiere malos tratos o hiciere víctima de actos de crueldad a los animales. Además, Serán considerados actos de maltrato: No alimentar en cantidad y calidad suficiente a los animales domésticos o cautivos. Azuzarlos para el trabajo mediante instrumentos que, no siendo de simple estímulo, les provoquen innecesarios castigos o sensaciones dolorosas. Hacerlos trabajar en jornadas excesivas sin proporcionarles descanso adecuado, según las estaciones climáticas. Emplearlos en el trabajo cuando no se hallen en estado físico adecuado. Estimularlos con drogas sin perseguir fines terapéuticos. Emplear animales en el tiro de vehículos que excedan notoriamente sus fuerzas”.
Haciéndose eco del espíritu de esta normativa, algunos municipios de la provincia promueven el canje de animales por motocargas con el fin de erradicar el maltrato animal.
Aquellas personas que acceden al trueque se convierten en Recuperadores Urbanos (RU). Su labor consiste en recuperar (ya sea en puntos verdes, organizaciones, domicilios particulares, vía pública o vertederos) materiales reciclables para luego comercializarlos en las distintas etapas de la cadena de valor delreciclaje.
Gracias a los recuperadores urbanos, parte de las toneladas de residuos que se generan a diario se insertan en un ciclo de reciclaje, reducen el impacto ambiental y además producen fuentes de trabajo dignas y genuinas para muchas familias.
Beneficio mutuo
La Municipalidad de Godoy Cruz es uno de los departamentos que implementan este tipo de programas, el cual ya cuenta con 53 familias que accedieron al beneficio. El beneficio termina siendo mutuo, ya que el municipio tiene gente que recoge y clasifica residuos que después son llevados al punto verde más cercano, donde son separados y reciclados. Y las familias también ganan, ya que primero son capacitados, les posibilitan estudiar y obtienen un vehículo para poder trabajar.
Esta iniciativa tiene como pilares la inclusión social, la generación de fuentes de empleo genuinas, el cuidado del ambiente y la economía circular, y busca dar una respuesta integral a la vulnerabilidad social de las familias asociadas a la recolección informal de residuos del departamento.
Luego de capacitarse y superar los requerimientos técnicos, los Recuperadores Urbanos (RU) cuentan con un nuevo vehículo para trabajar. De esta manera, se siguen sumando personas a un programa que comenzó hace casi ocho años.
Desde 2016 ya son 53 trabajadores y trabajadores que se incorporaron a una iniciativa que busca cambiar vidas.
Una respuesta integral
Esta iniciativa tiene como pilares la inclusión social, la generación de fuentes de empleo genuinas, el cuidado del ambiente y la economía circular, y busca dar una respuesta integral a la vulnerabilidad social de las familias asociadas a la recolección informal de residuos del departamento.
Calidad de vida
Lo que arrancó con la sustitución de vehículos de tracción a sangre por motocargas avanzó hasta ser una política sólida. Durante ese proceso, 34 caballos fueron derivados a un Santuario Equino o dados en adopción responsable.
En paralelo, el Municipio trabaja junto a los RU para avanzar en la alfabetización de quienes la necesitan y educación, en principio hasta la secundaria.
Agentes estratégicos
La reconversión de los carros de tracción a sangre por motocargas permite que los recuperadores sean reconocidos como agentes estratégicos de la Gestión Integral de los Residuos Sólidos.
También abre la puerta para que accedan a redes de comercialización preferenciales con empresas gracias a su trabajo en los 130 puntos verdes y en la planta de clasificación municipal.
Punto Verde GC
En esta etapa los recuperadores urbanos realizan separación, enfardado y acopio de material reciclable. Asimismo, luego llevan a cabo el proceso de comercialización con empresas y comercios. La tarea de estas familias junto a la comuna y la cooperativa Los Triunfadores permitió, solo en 2022, que se evitaran enterrar 1.340 toneladas de residuos secos.
