Estudio
En los últimos años, el número de personas que superan el siglo de vida ha crecido exponencialmente. Este fenómeno, antes considerado una rareza, se ha convertido en una tendencia al alza, con una duplicación de estos casos cada década desde los años 70. ¿Qué determina una vida larga y saludable? Esta pregunta ha fascinado a la humanidad desde hace siglos, y nuestro reciente descubrimiento puede arrojar luz sobre ello.
Desde siempre, a todos nos ha interesado saber cómo podemos vivir más tiempo. Pero entender cómo nuestra genética y nuestro estilo de vida influyen en esto es un reto enorme. Sin embargo, un nuevo estudio, publicado en GeroScience, nos ha dado algunas pistas. Ha identificado algunas cosas que son comunes en las personas de más de 90 años, como ciertos niveles de colesterol y glucosa.
Los que tienen 90 años o más, y los que han llegado a los 100, son muy interesantes para los científicos. Nos pueden enseñar cómo vivir más y envejecer mejor. Pero hasta ahora, no se ha investigado mucho sobre estos grupos, y cuando se ha hecho, se han dejado de lado a los ancianos que viven en residencias.
El equipo que realizó el estudio encontró que aquellos que llegaron a los 100 años, en general, tendían a tener niveles más bajos de glucosa, creatinina y ácido úrico desde sus sesenta años. Los centenarios raramente presentaban valores extremadamente altos o bajos. Por ejemplo, muy pocos de ellos presentaban un nivel de glucosa superior a 6.5 en su juventud, o un nivel de creatinina superior a 125.
Al analizar qué biomarcadores estaban vinculados a la probabilidad de alcanzar los 100 años, los científicos descubrieron que todos, salvo dos (alat y albúmina) de los 12 biomarcadores, mostraban una conexión con la probabilidad de llegar a los 100. Esto fue incluso después de considerar factores como la edad, el sexo y la carga de enfermedad.
Por otro lado, las personas con niveles más altos de glucosa, creatinina, ácido úrico y marcadores de función hepática tenían una menor probabilidad de convertirse en centenarios. En términos absolutos, las diferencias eran bastante pequeñas para algunos de los biomarcadores, pero para otros eran más significativas.
Aunque las diferencias que descubrieron son en general pequeñas, sugieren un posible vínculo entre la salud metabólica, la nutrición y la longevidad excepcional. Sin embargo, los científicos reconocieron que el estudio no permite determinar qué factores de estilo de vida o genes son responsables de los valores de los biomarcadores. Es razonable pensar que factores como la nutrición y el consumo de alcohol juegan un papel. Monitorear los valores de sus riñones e hígado, así como la glucosa y el ácido úrico mientras envejece, podría ser una buena idea.
