Plato todo terreno
En la gastronomía mundial hay una receta que brilla con sencillez y sabor: la frittata italiana. Este plato, que se remonta a la región de Toscana, se convirtió en la respuesta perfecta para los campesinos que buscaban una comida completa utilizando los ingredientes que tenían a mano. Con el paso del tiempo, la frittata se ha convertido en un lienzo culinario donde los sabores de las estaciones y las regiones de Italia se manifiestan en cada variante.
La frittata que propongo hoy es una sinfonía de sabores y texturas, sin harina, lo que la hace ideal para aquellos que siguen una dieta libre de gluten o simplemente buscan alternativas más ligeras. Esta receta es tan versátil que se puede disfrutar tanto caliente como a temperatura ambiente, lo que la hace perfecta para cualquier comida del día.
Ingredientes:
- 6 huevos grandes
- 1 taza de espinacas frescas
- 1 pimiento rojo mediano, cortado en cubos
- 1 taza de queso feta desmenuzado
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- Sal y pimienta al gusto
Procedimiento:
- Precalentar el horno a 180°C (350°F).
- En un tazón grande, batir los huevos con sal y pimienta.
- Añadir las espinacas, el pimiento rojo y el queso feta a los huevos y mezclar bien.
- Calentar el aceite de oliva en una sartén apta para horno a fuego medio-alto.
- Verter la mezcla de huevo en la sartén y cocinar por 5 minutos, hasta que los bordes comiencen a fijarse.
- Transferir la sartén al horno y hornear durante 15-20 minutos o hasta que la frittata esté cocida por completo y dorada en la parte superior.
- Dejar enfriar ligeramente antes de cortar y servir.
La frittata se distingue por su habilidad para incorporar casi cualquier ingrediente que tengas en tu refrigerador, haciéndola una receta de 'despensa' por excelencia. La esencia de su origen es la practicidad y la eficiencia, utilizando lo que está disponible para crear algo nutritivo y delicioso.
