Desde sus inicios Kurt Cobain ha sido un icono de inspiración en el mundo de la moda. Su forma de vida, establecida en el estilo grunge, se posicionó como una referencia del guardarropa contemporáneo. Pero el movimiento va mucho más allá, es una subcultura completa, una marcha social subversiva que nace en la industria de la canción con sus propios códigos y visiones de la existencia humana.
El grunge es un concepto que nace en los años 80, que llega para irrumpir todo el concepto de la idealización estética de la moda. Lo musical se transformó en un movimiento con valores y códigos propios de estilo de vida. Su origen se basa en la escena del Seattle, donde se estableció como una subcultura desde una derivación del rock alternativo. Las letras musicales se enfocaban en la tristeza, el irrumpir en lo establecido y la desilusión.
El referirse al estilo grunge como un movimiento estético de looks inspirados en personajes del pasado es uno de los actos más reduccionistas que uno pueda practicar en la industria de la moda. La gran paradoja: volverse un fenómeno altamente lucrativo y comercial. De ser un movimiento con orígenes subversivos que rechazaba a la burguesía y la clase dirigente simbolizándose como anti-moda, pasó a convertirse en una tendencia que podemos encontrar tanto en casas de diseñadores, como en el magnate del fast fashion: SHEIN.
La respuesta a la perpetuación del cantante de Nirvana como referente, es que en la actualidad se repiten esos patrones de descontento social e inconformismo. Las nuevas generaciones atraviesan sus primeras crisis sociales, políticas y económicas. Pero si hablamos de concientización, la generación Z es la indicada. Si bien nos encontramos inmersos en una sociedad de consumo masivo, estas generaciones son las principales abanderadas la visibilización de la salud mental, los daños del capitalismo, la igualdad de género y el cambio ambiental.
Como resultado, tenemos que el grunge pisa cada vez más fuerte, apareciendo en el estilo callejero, red carpets y también en las semanas de la moda. Claro ejemplo es la noción de una nueva masculinidad en Raf Simons y las colecciones de la última fashion week. Sin embargo, no es un tema revolucionario ya que la glamourización del grunge tiene sus inicios con Vivienne Westwood, sus diseños desde siempre han sido parte de la estetización del movimiento.