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"Quiebra el álamo", la novela apocalíptica pero esperanzadora que ganó el Premio Futurock

La obra elegida por María Moreno, Martín Kohan y Luis Chitarroni como ganadora del lauro Novela 2022, narra la historia de tres personajes que atraviesan los últimos días de sus vidas en un pueblo rural en el que, cada varios años, se deja ver un venado blanco que permite escuchar el mensaje de las piedras.

quiebra el alamo

"Quiebra el álamo", de Roberto Chuit Roganovich, la obra elegida por María Moreno, Martín Kohan y Luis Chitarroni como ganadora del Premio Futurock Novela 2022, narra la historia de tres personajes que atraviesan los últimos días de sus vidas en un pueblo rural en el que, cada varios años, se deja ver un venado blanco que permite escuchar el mensaje de las piedras pero -en contraste con el ritmo plácido que caracteriza a la tradición de la literatura campestre- avanza con "la intención de generar el efecto de la espera".

Roberto Chuit Roganovich nació en Córdoba en 1992 y estudió Letras Modernas en la Universidad Nacional de Córdoba. Aunque actualmente reside en el barrio porteño de Palermo, cuenta en una entrevista a Télam que se encuentra "escindido" porque sigue volviendo a su provincia natal a dar clases. Aunque su relación con las letras empezó desde muy pequeño como lector, el vínculo con la escritura "llegó tarde". Según cuenta, su "estructura psíquica" está configurada por narrativas como "Harry Potter" de J.K. Rowling y las obras de escritores como J.R.R. Tolkien, Howard Philip Lovecraft y Edgar Allan Poe. "Por haberle debido tanto a la literatura, siempre tuve mucho miedo de escribir cosas largas", confiesa a Télam.

La deuda se vio acrecentada con la inmersión del escritor al ámbito académico. Sin embargo, Chuit cuenta que "Quiebra el álamo", su primera novela, surge a partir de "faltarle el respeto un poco a la institución de la literatura". Con la desacralización del campo literario, se abrió la posibilidad de cometer errores y soltar la mano. "Ese espacio para equivocarme, me permitió mostrar algunos textos a compañeros que intentaban ensayar la escritura. Ahora es un poco parte de mi vida", explica el reciente galardonado escritor.

"Quiebra el álamo" -publicada por Futurock Ediciones- fue arrojada por la pandemia y condensó algunos de los temas que más movilizan al escritor. "Hay un par de obsesiones que tengo sobre ciertas discusiones contemporáneas de la filosofía acerca del posthumanismo y acerca del acontecimiento como categoría filosófica: eso que ocurre sin historia, de manera radical y que configura absolutamente todo lo que pasa", confiesa.

"No sabía muy bien qué iba a pasar en la novela o cuáles iban a ser los personajes, lo único que tenía en claro era una imagen de una piedra sobre un campo, a la forma de 'Arrival' de Denis Villeneuve o 'Melancolía' de Lars von Trier y la pregunta de qué pasa si de repente nos despertamos y hay algo en el cielo", cuenta el autor sobre el proceso de escritura que encarnó a los tres personajes de la novela: Fernando (un chico problemático), Graciela (una profesora entusiasta) y a Mario (un hombre sencillo). Aunque los tres llevan vidas muy diferentes, su creador señala que "todos confluyen en un cariño muy particular por los animales". "Fernando no quiere matar a un animal y a su vez le tiene mucho miedo al venado que ve o que cree ver. Mario tiene una relación muy particular con su perro y Graciela habla mucho de los animales", precisa Chuit.

¿Encierra "Quiebra el álamo" una crítica a cómo las personas se vinculan con la naturaleza? ¿Es posible que algo quede en pie después del desastre? Los personajes de la novela comparten la sensación inminente de que el fin del mundo se acerca y tratan de comprender un tiempo que se les presenta inestable. "Estoy leyendo mucho a Spinoza y estoy en una circunstancia en la que creo que todo es uno y que quienes pueden entender ese flujo de manera mas rápida son quienes mejor se pueden adaptar. De algún modo, creo que sí hay una critica muy involuntaria. Con el diario del lunes, a mí me funcionaba para pensar cómo el mundo natural es el que primero responde de manera correcta al acontecimiento de la llegada de las piedras, como una entrega opuesta al terror con la que se lo toman los hombres o la cultura que no puede hacer ingresar este acontecimiento en su estructura de vida. Por eso los animales se acercan mucho a las piedras, y las piedras se los chupan, y las flores empiezan a crecer de otro modo, más rápido", cuenta el escritor.

"Aunque cubre un periodo de tiempo bastante amplio, el carácter fragmentario de la novela y los flashbacks, sumado a esta sensación de anticipación del desastre, le daba una unidad de tiempo. O lo que Aristóteles pensaba como una unidad de tiempo para abordar la tragedia. "Roberto Chuit Roganovich

"Algunos hablaron de la novela en un registro apocalíptico y la verdad que nunca lo sentí del todo así. Sí los personajes mueren y parte de la humanidad enloquece o entra en un período de guerra, pero escribí el último capítulo con mucha alegría o esperanza, no tenía el rasgo de la tristeza del apocalipsis sino la posibilidad de otra forma de comienzo. Como otro big bang", asegura el escritor.

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