La nueva serie juvenil de Netflix, que debutó este mes en la plataforma, presenta una narrativa simple pero efectiva, especialmente al abordar el género coming of age, que suele recurrir a tropos ya conocidos. En los primeros episodios de los 10 que componen esta coproducción entre Canadá y el Reino Unido, se refleja el complicado día a día de la protagonista, Harriet Manners (interpretada por Emily Carey), utilizando lugares comunes que inicialmente podrían haber sugerido un desarrollo predecible para "Geek Girl".
Sin embargo, la serie, basada en el primer libro de la exitosa saga de Holly Smale, sorprende al profundizar en su personaje central en el momento adecuado.
Harriet es una adolescente con dificultades para socializar, un conflicto explorado con candidez hacia el final de esta primera temporada. Esta realidad la angustia, exacerbada por un grupo de compañeros que la acosan por no considerarla lo suficientemente cool y por el resentimiento que les genera su excelencia académica.