Mendoza Ayer y Hoy
Las primeras fotografías de la historia fueron tomadas por Joseph Niépce entre 1824 y 1826. Era un proceso fotoquímico tan lento que necesitaba 8 horas de exposición y que fue bautizado por su autor como “heliografía”: dibujar o escribir con sol.
Con el paso de los años, el tiempo de exposición – o sea, el tiempo que tenías que posar delante de la cámara – se fue acortando. Esto permitió tomar retratos de personas y nacieron los estudios fotográficos. Aun así, la lentitud de las emulsiones fotográficas obligaban al/la modelo a quedarse quieto durante varios minutos, por lo que era común el uso de arneses para mantener la posición. 
En 1839 el francés Louis Daguerre ideó un proceso que lograba imágenes más nítidas y acortaba el tiempo de exposición. Dotado de un enorme ego bautizó a su invento como daguerrotipo. La siguiente imagen es probablemente nuestro daguerrotipo más famoso: la única imagen real de José de San Martín. Tomada en Francia en el año 1848, así era el Libertador en su vejez. 
En el año 1855 llega a Mendoza el alemán Adolfo Alexander e instala el primer estudio fotográfico en la provincia. Lamentablemente, aún no se han logrado recuperar ninguna de sus imágenes. Ya en 1880 llega el fotógrafo Christiano Junior y comenzamos a recuperar nuestro pasado en imágenes. Se toman muchas fotografías en exteriores, pero también se populariza la costumbre de tomarse retratos en ambientes controlados. O sea, fotos en estudios. 
¿Cómo era el estudio de un fotógrafo? En la siguiente imagen podemos apreciar algunos detalles del interior de un estudio a fines del siglo XIX. Parte del techo era vidriado, lo que permitía el ingreso de la luz del sol. Un tul atenuaba su intensidad y la suavizaba. En exteriores solía recurrirse a las explosiones de magnesio – el antecesor del “flash” – pero su uso no se recomendaba en interiores por el humo tóxico que producía. Con la llegada de la electricidad se adicionaron focos y aparatos de iluminación artificial.
Otro detalle fundamental era el telón o fondo pintado. Un buen estudio tenía un buen surtido de estos fondos, que se colgaban de un soporte ubicado detrás de la modelo. También pueden verse muebles, estatuas y floreros, que hacían las veces de “utilería” dentro de la composición. Y mención especial para la “cámara de estudio” un artefacto de grandes dimensiones que permitía mucha mayor calidad que las cámara “portátiles” que se sacaban a exteriores. 
Y como ejemplo de esta técnica tenemos Ladys of Mendoza, una fotografía de conjunto con las damas de la alta sociedad mendocina en 1910. Esta imagen fue tomada por Vicente Setaro para el libro conmemorativo del Centenario de la Revolución de Mayo. 
La misma obra, el mismo fotógrafo y otras caras de las damas “destacadas” de nuestra provincia en 1910. Esta vez en fotografías individuales. 
Y cerramos con un dato por demás interesante: hoy se hacen daguerrotipos en Mendoza. El fotógrafo e investigador Andrés Bonafede emplea técnicas del siglo XIX para tomar imágenes de la Mendoza actual y de quien quiera posar ante su cámara. Aplauso cerrado para Andrés. Aquí compartimos una de sus obras y un link para disfrutar de su trabajo: https://www.instagram.com/andresbonafedefoto/ 
Hasta nuestro próximo encuentro, en el que daremos un paso atrás en el tiempo, recuperando nuestro pasado en imágenes.
