Heroísmo y planificación
En una demostración de destreza y coraje, equipos de rescate lograron salvar la vida de Rodolfo Ferrada Pérez, militar chileno, tras encontrarse en una situación de alto riesgo en la Quebrada de Matienzo, cerca de la cumbre del cerro Tres Hermanos central, en el corazón del Parque Provincial Aconcagua. La operación de rescate se desencadenó alrededor del mediodía de ayer, después de recibir una alerta a través de un dispositivo de emergencia Garmin (inreach) manejado por dos andinistas, entre ellos Bradley Simmons, quienes se encontraban imposibilitados de descender por sus propios medios.
Los andinistas, equipados con abrigo, arnés y casco, se hallaban en una precaria situación cerca de la cima, a una altura de 4.124 metros sobre el nivel del mar, cuando la naturaleza decidió complicar aún más las cosas con el inicio de una inesperada nevada. A pesar de las adversidades, el equipo de rescate, compuesto por guardaparques de Aconcagua, la Patrulla de Rescate (UPRAM), y el apoyo crucial de un helicóptero, no cesó en su empeño por localizar a los aventureros.
El rescate tuvo un momento culminante cerca de las 18:15, cuando el andinista fue finalmente avistado. En una maniobra extraordinaria, el Auxiliar Segundo Fabricio Corro, un rescatista de la UPRAM, fue descendido desde el helicóptero mediante una eslinga. Con una técnica de carga externa humana, logró asegurar al andinista a su propio arnés y ambos fueron transportados a salvo hasta la laguna de Horcones, descendiendo en perfectas condiciones físicas.
Mientras tanto, el compañero de Ferrada Pérez, había conseguido bajar por sus propios medios hacia el lado chileno de la montaña, poniendo fin a una jornada tensa pero exitosa de rescate en uno de los picos más emblemáticos de América del Sur.
Este evento no solo destaca la peligrosidad inherente a la práctica del andinismo en altas montañas, sino también la importancia de contar con equipos de rescate altamente entrenados y preparados para actuar bajo cualquier circunstancia. La coordinación entre los diferentes cuerpos de rescate y el uso de tecnología de punta fueron clave para asegurar un final feliz a esta historia de supervivencia en las alturas del Aconcagua.
