Iglesia católica
En un momento en que el país atraviesa diversas dificultades socioeconómicas, la Iglesia de la Merced en la Ciudad de Mendoza se convirtió en el escenario de una reunión crucial, destinada a iluminar los caminos del servicio hacia los sectores más empobrecidos y necesitados de la sociedad mendocina. Fue en la previa a la Semana Santa, Este encuentro, que congregó a personas de distintas pastorales, se erige como un verdadero pulmón social, evidenciando el compromiso de la comunidad cristiana con las problemáticas más acuciantes de la vida social en la provincia.
La reunión contó con la presencia del arzobispo de Mendoza, Marcelo Colombo, junto a otros padres referentes, quienes lideraron un enriquecedor intercambio de experiencias y reflexiones sobre las acciones concretas que se están llevando a cabo para aliviar el sufrimiento de los más desfavorecidos. Este espacio de diálogo y colaboración permitió profundizar en el conocimiento de las diversas iniciativas pastorales que buscan responder a las necesidades urgentes de la población, desde la asistencia alimentaria y el apoyo educativo hasta la contención espiritual y emocional.
La Iglesia de la Merced, con su larga historia de servicio en la provincia, se destacó una vez más como un centro neurálgico de la acción social cristiana, donde el amor al prójimo y la búsqueda del bien común se manifiestan en cada proyecto y actividad desarrollada. La reunión subrayó la importancia de la solidaridad y el trabajo conjunto entre las distintas pastorales, reconociendo que, en la unión de esfuerzos, reside la fuerza para generar cambios significativos en la comunidad.
Asimismo, el encuentro fue una oportunidad para reafirmar el llamado a la redención y la misericordia como ejes centrales de la fe cristiana, invitando a más voluntarios a sumarse a esta noble causa. La visión compartida por los participantes fue clara: caminar al lado de quienes sufren, ofreciendo no solo ayuda material, sino también esperanza y una presencia amiga que mitigue las penas y fortalezca el espíritu.
En este contexto de reflexión y planificación, el arzobispo Marcelo Colombo y los demás líderes presentes enfatizaron la vocación de la Iglesia de estar presente en las periferias existenciales, donde el dolor y la necesidad claman por una respuesta. La Iglesia de la Merced, como símbolo de esta misión, sigue abriendo sus puertas y extendiendo sus manos a todos, especialmente a los que más lo necesitan, reafirmando su rol como bastión de esperanza y amor en medio de las adversidades que enfrenta la sociedad mendocina.
