RECLAMO DE JUSTICIA
Cristian Lazarte (37) era un sargento de la Compañía de Cazadores Nº 8, dependiente del Ejército Argentino, en Puente del Inca. Murió este lunes luego de que se le crearan coágulos en el hemisferio izquierdo del cerebro que le causaron muerte cerebral. En este contexto su pareja, Nuria Ortíz, responsabilizó al jefe de la Compañía Juan Cruz Ceresoli porque se cometieron negligencias que demoraron la atención de Cristian, pese a que su muerte, por las características que tiene esta patología, era inevitable. La presentación en la justicia será este viernes.
"Hago esto porque siento mucho dolor. Trataron a mi marido peor que a un animal", aseguró Ortiz a DIARIO MENDOZA, quien relató cómo sucedieron los hechos. La mujer contó que el jueves 29 de septiembre el sargento estuvo todo el día con dolor de cabeza. Al día siguiente comenzó a tener pérdidas temporales y espaciales, hechos que se repitieron durante todo ese fin de semana.
Lazarte y su esposa viven en Lavalle. Luego de ese fin de semana con síntomas, el día lunes el hombre se tomó un micro a 5.55 de la mañana. El objetivo del sargento era presentarse a servicio en Puente del Inca, aunque su esposa le imploró que no lo hiciera porque los dolores persistían. En el camino de Lavalle a Mendoza sus compañeros notaron que él no estaba bien. En el segundo micro, que lo llevaba de Mendoza a Puente del Inca, Lazarte se cruza con la madre. La mujer estaba de visita en la provincia (es de San Juan) y notó que su hijo estaba perdido y no la reconocía.
El sargento siguió su camino a bordo del colectivo y su madre iba detrás. Una vez en la Compañía de Cazadores, a la mujer le niegan ver a su hijo y para tranquilizarla le dicen que Lazarte será atendido por enfermeros que trabajan allí, porque el lugar no tiene médicos, pero que luego sería trasladado al Hospital Militar. La madre confío en lo que le dijeron y volvió a la Ciudad de Mendoza.
Los enfermeros sugieren que Lazarte baje al Hospital Militar, en ambulancia y con personal sanitario. Sin embargo, según contó Ortiz, Ceresoli se opuso a su traslado en ambulancia y pidió que lo bajaran en colectivo. Otra opción es que lo llevaran en el vehículo oficial, pero esa unidad tenía otro destino: llevar al cuñado de Ceresoli a su casa porque estaba trabajando en el lugar como electricista, a pesar de que eso está prohibido, señaló la mujer del sargento.
Después de la demora, el hombre es trasladado en el vehículo oficial. Sin embargo, al chofer no le indicaron dónde tenía que dejar al sargento, quien a esta altura ya no tenía noción de tiempo y espacio y logra balbucear que lo deje en el hospital de Uspallata. Un enfermero que de casualidad pasaba por ese lugar, y que había atendido a Lazarte, encontró al sargento y lo llevó en su vehículo personal al hospital Militar.
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Desde ese lunes Lazarte agonizó durante una semana. Le hicieron una operación para eliminar los coágulos que se habían formado, pero otros volvieron a aparecer luego de la cirugía. Esto generó presión intracraneal que dilató los vasos sanguíneos. El final era inevitable. El lunes 10 de octubre al sargento Lazarte le declaran muerte cerebral. Falleció unas horas después.
Ortiz relató que Ceresoli fue al hospital Militar y se puso a disposición. Ella no creyó en las palabras del Oficial e incluso recordó lo que le dijo el militar luego de entrar a la sala donde estaba Lazarte internado. "Si no fuera por las mangueras, pensaría que está dormido", habría dicho Ceresoli, de acuerdo al relato de la pareja del oficial fallecido.
Nuria Ortiz está embarazada de siete meses. Todavía esta consternada por la situación y recién el viernes hará la denuncia penal contra Ceresoli. En contacto con este medio, su abogado Gastón Davire señaló que se está analizando la situación y no descartan que la denuncia sea por incumplimiento de deberes de funcionario público. Luego se analizará la situación civil. "Estamos trabajando con prudencia porque también esperamos los tiempos de Nuria", señaló el abogado.
Este medio intentó en varias oportunidades comunicarse con Ceresoli para tener una respuesta ante las acusaciones que, por ahora se producen solo en las redes sociales, pero no contestó.
"No me interesa nada más que hacer justicia por mi marido y que esto no se vuelva a repetir. Su final era inevitable, pero lo trataron peor que a un animal. Él no merecía esto después de 15 años de servicio y por eso seguiré adelante, por él y por el hijo que esperamos juntos", concluyó Ortiz.
