Doble femicidio
Dos testigos relataron en el segundo día del juicio que se le sigue en Mendoza al ciudadano israelí Gilad Pereg por doble homicidio de su madre y de su tía que escucharon gritos de mujer y tres disparos procedentes de su vivienda el 12 de enero de 2019, 14 días antes del hallazgo de los cadáveres, mientras que un funcionario de la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMAC) reveló que el imputado tenía permiso de tenencia para más de 40 armas de fuego.
El juicio por jurados que se sigue por el crimen de Pyrhia Saroussy (63) y Lily Pereg (54), asesinadas en enero 2019 en la localidad mendocina de Guaymallén, y que tiene como único imputado a Gil Pereg (40), continuó hoy en su tercera jornada con siete testigos y sin la presencia del acusado, quien ayer debió ser sacado de la sala porque permaneció maullando de manera incesante ya que dice ser un gato.
En la audiencia de hoy, que comenzó cerca de las 10.30 y se extendió hasta pasadas las 13, el tribunal a cargo de la jueza técnica María Laura Guajardo y la fiscalía a cargo de Fernando Guzzo, escucharon los testimonios de un hombre y su hijo, propietarios de un taller mecánico que linda con la parte trasera del terreno que pertenece a Pereg, situado en la calle Roca al 6000, de Guaymallén.
El padre recordó ante el jurado popular a cargo del debate que ese día su hijo le dijo "Papi, papi, escuchaste a una mujer diciendo "no, no", como defendiéndose"" y "luego se escuchan tres disparos".
El testigo recordó además que el acusado, quien desde que fue imputado actúa como si creyera ser un gato, era un hombre "muy bien hablado e inteligente" a quien "jamás" escucharon maullar, como hace cada vez que es convocado por la Justicia, como por ejemplo ayer, en la jornada de inicio del juicio, lo que le valió ser desalojado de la sala de audiencias.
Asimismo el testigo recordó ante el Tribunal que “en una oportunidad habló con Pereg y este le comentó, unos 60 ó 90 días antes que llegaran las víctimas, que estaba en la construcción de la pieza para su madre”, cerca donde la hallaron enterradas.
También contó que en una oportunidad mantuvo una pelea con él "por el tema de la medianera, y ese conflicto terminó con la intervención de la policía, ya que Pereg sacó un arma y revoleó un tiro”.
La declaración del hombre fue ratificada por su hijo, quien también relató el episodio en el que se escucharon los gritos de mujer y los balazos.
Luego, fue convocado ante el jurado un delegado de la Agencia Nacional de Materiales Controlados (Anmac), quien reveló que el israelí tenía permiso de tenencia para más de 40 armas de fuego y que para ello fue sometido a todos los controles y estudios que prevé la ley, entre ellos exámenes psicológicos y psiquiátricos.
Consultado por la defensa del propio Pereg acerca de si no le pareció extraño que el hombre requiriera tantos permisos, Pelliza respondió: "No, porque estaba todo en condiciones".
A continuación declaró un sub comisario de la Policía Científica, quien dio detalles de los allanamientos realizados en el predio en el que vivía Pereg y marcó a través de fotografías los lugares donde encontraron una remera y un colchón con manchas de sangre.
Si bien en el momento del hallazgo de esa remera y el colchón el imputado dijo que la sangre era suya, un análisis de ADN determinó que las manchas correspondían a sangre de las víctimas, lo que posibilitó, luego, el hallazgo de los cadáveres días más tarde.
“Con la ayuda de uno de los perros de la Escuela de Adiestramiento Canino (Escam) quien marcó una zona donde estaba la obra de construcción para la pieza, y luego de cavar unos 75 centímetros, detectaron los cuerpos de ambas mujeres que estaban en posición de espaldas entre sí, y los pasaportes de ambas”, dijo.
El subcomisario señaló que "uno de los cuerpos, al momento del hallazgo, contaba con heridas en diversas partes del cuerpo provocadas con varas de seis milímetros que se utilizan en obra. El otro cuerpo presentó tres heridas de arma de fuego a la altura del tórax y en la espalda, además de heridas con varas de hierro en partes íntimas".
Según el policía, en total se realizaron cerca del 10 allanamientos en el predio donde vivía Pereg hasta que se encontraron los cadáveres.
Cerca del mediodía fue el turno de la secretaria de la fiscalía de Homicidios, quien explicó que Pereg había hecho una denuncia sobre el robo de un arma calibre .38, pero que luego se retractó porque -según dijo- la había encontrado, y reveló que el imputado poseía autorización para la tenencia de 45 armas de fuego.
Cerca del final de esta ronda de testigos declaró un ingeniero del Cuerpo Médico Forense, quien dio detalles de las pericias sobre una remera blanca y otra de color verde y que tenían impacto de arma de fuego a una distancia de un máximo de tres metros.
Antes de concluir la audiencia, el abogado defensor de Pereg, Maximiliano Legrand, pidió la nulidad del debate porque en la exposición del subcomisario de la Policía Científica en una de las fotos se mostró el cuerpo de las mujeres dentro del pozo y esto podría condicionar al jurado.
Sin embargo, la fiscalía y la querella se opusieron al planteo y la jueza Guajardo lo rechazó.
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