OCURRIÓ EN MENDOZA
Un adiestrador de perros fue condenado a ocho meses de prisión por adulterar pruebas durante el operativo de búsqueda de Viviana Luna, un mujer de 45 años que desapareció en 2016 en Lujan de Cuyo, informaron fuentes judiciales.
La condena contra Marcos Herrero (47) fue dada a conocer por el Tribunal compuesto por los jueces Ramiro Salinas, Luis Llano y Ariel Spektor, en el Polo Judicial Penal de la ciudad de Mendoza.
Según las fuentes, Herrero fue hallado culpable del delito de "falsa denuncia, falso testimonio, encubrimiento y falsedad de títulos"; y su pena será de ejecución condicional.
El adiestrador llego en libertad al debate y siguió de manera remota las audiencias del mismo.
Herrero había sido detenido e imputado el 7 de diciembre 2021 y a los dos meses la fiscalía concluyó la investigación, por lo que ya cumplió la condena dispuesta por la justicia mendocina.
El adiestrador recuperó la libertad en agosto de 2022, luego de que la fiscalía solicitó el cese de la prisión preventiva, aunque se le impuso una caución de 200 mil pesos y debió fijar un domicilio.
El ahora condenado llegó a Luján de Cuyo como perito de parte de la familia de Luna, pero en la investigación surgió que sus perros no estaban certificados por la Dirección Nacional de Cinotecnia del Ministerio de Seguridad de la Nación.
Además, se determinó que plantó restos óseos de un mismo cadáver con perfil masculino en diferentes escenas ya rastrilladas.
En ese marco, el Laboratorio de Huellas Genéticas de Mendoza determinó que esos huesos eran iguales a los que el rastreador encontró en Santa Cruz al participar de la búsqueda de Marcela López, la cual se realizó en esa provincia.
Luna, de 45 año, fue vista por última vez el 7 de diciembre de 2016, cuando se dirigía a una entrevista de trabajo en Potrerillos, Luján de Cuyo; y desde entonces nada más se supo de ella.
Por su parte, Herrera participó como perito de parte en distintas causas de repercusión pública, entre ellas la de Facundo Astudillo Castro, el joven que desapareció en abril de 2020 al salir de su casa en la localidad bonaerense de Pedro Luro y cuyo cadáver fue hallado en agosto de ese mismo año en un cangrejal cercano a Bahía Blanca.
