HISTORIA
El proyecto para construir el hospital en Villa Hipódromo, Godoy Cruz, se inició durante la gobernación de José Néstor Lencinas. El diseño estuvo a cargo del arquitecto Raúl Álvarez y se edificó con varios pabellones, espacios verdes y luz, para que los pacientes pudieran pasar una agradable estadía durante su recuperación.
La idea fue establecerlo lejos de la capital, porque Mendoza era azotada por la tuberculosis. El objetivo era aislar a los pacientes y así evitar mayor propagación de los contagios. Luego comenzó a brindar atención en otras especialidades y actualmente es un hospital general que recibe miles de consultas mensuales.
Parte de la historia del Hospital Lencinas quedó plasmada en la obra del artista plástico catalán Fidel Roig, que pintó cuadros de los pacientes infectados con el mal de Chagas en 1941. Las fotos de esos cuadros las donó al hospital Virgilio G. Roig, hijo del artista, en 2004, y están en el Aula Magna del establecimiento.
Uno de los episodios más dramáticos en estos cien años del “Lencinas”, como se habitualmente lo conoce, fue el incendio del Laboratorio Clínico en 2016. Las acciones para poner nuevamente de pie a ese sector fueron inmediatas y un año después, en 2017, se reinauguraba el servicio en su nueva locación con aparatología de vanguardia y aumento del recurso humano.
Ese mismo año, en julio de 2017, se daba otro paso importante en la prestación de servicios de salud con la inauguración del Centro de Atención Primaria “Arturo Umberto Illia”. Ubicado detrás del predio del Hospital Lencinas, cuenta con seis consultorios que incluyen pediatría, ginecobstetricia, medicina familiar y odontología.
En la conmemoración de su centenario, estamos muy felices de anunciar la ampliación y mejoras en la infraestructura del Hospital Lencinas.@MinInfraMza, @MendozaGobierno destinará $1.500 millones para realizar una intervención de 3 mil metros cuadrados 👇🏻 https://t.co/RaF8NFV9So— Ana Maria Nadal (@AnaMariaNadal2) November 14, 2022 ">
Junto al @MinInfraMza, @MendozaGobierno destinará $1.500 millones para realizar una intervención de 3 mil metros cuadrados 👇🏻 https://t.co/RaF8NFV9So
Aunque la institución es referente en el tratamiento de enfermedades infecciosas, no solo atiende esas patologías. En el caso de pediatría, por ejemplo, se realiza atención primaria de la salud junto a la Municipalidad de Godoy Cruz con el objetivo de “salir del Hospital” para atender las necesidades de los vecinos en el territorio.
Entre las inversiones más recientes en su infraestructura, se encuentra la remodelación del Laboratorio Bacteriológico en 2018, clave para las tareas de bacteriología general y para el tratamiento de enfermedades respiratorias.
Más historias del Centenario: terremoto, nuevos servicios y el impacto de COVID-19
Luego del terremoto de 1985, el Hospital El Carmen sufrió graves consecuencias estructurales, y el Lencinas, que tiene armazón antisísmico y solo sufrió roturas de revoques, auxilió con personal y espacio para el traslado de los pacientes internados. La sala más grande de Clínica de OSEP, por citar otro ejemplo, se instaló en el Pabellón III del Hospital Lencinas.
Muchos años después de aquel episodio trágico para la provincia, en 2019, el hospital vivió un momento importante de su historia con la apertura del Área de Hidroterapia dentro del Servicio de Rehabilitación. Silvana Mercante, jefa del servicio, destaca la relevancia de esta nueva área: “Es muy importante contar con este tipo de servicios donde fundamentalmente el trabajo es integral, interdisciplinario. Nos dedicamos a la atención de personas con discapacidad, pacientes que tienen secuelas de enfermedades traumatológicas y neurológicas. También algunas viscerales, como enfermedades respiratorias”.
Sobre el impacto que causó la pandemia de COVID-19, la pediatra María Florencia Guzzo hace un análisis vinculado a la relevancia del trabajo en equipo. “La verdad es que en ese momento uno se dio cuenta y revalorizó todo lo que significa este hospital, los grandes profesionales con los que contamos y sobre todo el trabajo en conjunto. Pudimos salir adelante en ese difícil momento porque todos nos pusimos el equipo al hombro. Nos enfrentamos a desafíos súper difíciles pero los pudimos sortear, salir adelante y aprender. Eso significó mucho para todos”.
Tras padecer COVID-19, Candela Copa sufrió la amputación de sus dos piernas debido a una oclusión arterial. La mujer, paciente del Servicio de Rehabilitación, relata su experiencia: “Al principio empecé rehabilitación en mi domicilio. Estuve cuatro o cinco meses en casa, en silla de ruedas y entrenando sola, y en marzo de este año empecé la rehabilitación acá. Venía con las dos prótesis, pero no me soltaba, tenía miedo. Era la primera vez que venía a un hospital y veía amputados”.
Otra de las historias conmovedoras de pacientes que pasaron por la institución es la de Pablo Antonio Bordón, diabético, que llegó con un clavo en su pie. “Cuando llegué acá, me internaron inmediatamente. Me pusieron antibióticos por vía intravenosa, estuve 21 días internado y realmente gracias a ellos salvé el pie. Cada vez lo tenía peor y estoy muy agradecido con todo el personal, médicos y enfermeros”.
