El último viernes, la querella de algunas de las víctimas de los abusos sexuales ocurridos en el Instituto Antonio Próvolo recusaron a dos miembros de la Suprema Corte de Justicia por ser católicos. Se trata de María Teresa Day y Julio Gómez, a quienes se les cuestionó profesar el culto católico, "siendo evidente el posible conflicto de interés que podría representar en el caso", explicaron.
De esta forma, la Suprema Corte de Justicia rechazó de forma unánime la recusación de Day y Gómez, de cara a la apelación de la sentencia que absolvió y liberó a 9 mujeres en el segundo juicio. Firmaron este pronunciamiento ambos jueces y la camarista Civil Silvina Miquel, quien intervino para completar el tribunal.
Los motivos de la Corte
"Las razones expuestas tornan evidentemente extemporáneo el planteo. La cuestión que se intenta someter aquí al conocimiento es el producto de una reflexión tardía, dado que no se aprecia que los interesados promovieran cuestionamiento alguno cuando se constituyó el Tribunal, la que introdujeron a consecuencia de la suerte adversa que recibieron sus pretensiones", indicaron.
"Ello parece evidenciar más que un cuestionamiento sobre la imparcialidad del Tribunal, una disconformidad con lo resuelto canalizada por la vía de la recusación".
La respuesta de la defensa
Los abogados de las víctimas reconocen que los magistrados tienen el derecho y la libertad de profesar el culto religioso. Pero se declaran temerosos de que Day y Gómez actúen de modo parcial ya que en la etapa de Casación deberán revisar el fallo que el 18 de octubre absolvió a las mujeres, entre ellas las monjas Kumiko Kosaka y Asunción Martínez.
"Esos magistrados deben juzgar la responsabilidad penal de personas religiosas, la responsabilidad civil de una institución religiosa como la Asociación Civil Obra San José y hasta la imagen pública de la Iglesia Católica", señalaron.
Recordaron que la militancia religiosa de la ministra de la Corte Teresa Day fue expuesta en 2020 por la ONG Xumek, cuando Rodolfo Suarez la designó reemplazante de Jorge Nanclares.
Agregaron que Julio Gómez puede tener acceso a las pruebas discutidas y a los hechos denunciados ya que es suegro del juez penal Ezequiel Crivelli, quien integró el Tribunal del caso Próvolo I. El mismo que en 2019 condenó a la cárcel a los sacerdotes Nicola Corradi y Horacio Corbacho a 42 y 45 años respectivamente y al jardinero Armando Gómez a 18 años de prisión.