Abuso sexual
El segundo juicio por los abusos sexuales cometidos en el Instituto Próvolo a menores de edad sordos e hipoacúsicos, se encuentra en la recta final. Mientras el proceso se retomará este miércoles, Oscar Barrera, uno de los abogados de las víctimas reflexionó sobre lo sucedido.
"Es muy difícil de describir en palabras la complejidad de este proceso. Este fue un camino largo, primero para las víctimas, y para nosotros los abogados de los querellantes fue el camino de acompañarlos y de tratar de que se consagren sus derechos, que se restituyan sus derechos vulnerados", se sinceró Barrera.
Acerca del objetivo de su trabajo, dijo que “nos dedicamos a defender derechos humanos y más de personas con discapacidad, vamos detrás de una utopía permanente”.
El juicio significa un antes y un después para la provincia, en especial por los años que lleva en curso: "Esto fue un juicio maratónico, preveíamos que iba a ser así, muy largo, complejo y es muy difícil de describir en palabras la complejidad de este proceso".
La búsqueda del chico que huyó por las amenazas
Cuando el abogado fue consultado sobre un caso particular, Barrera comentó que "hay un chico que se retiró del Próvolo, incluso su madre se cambió de casa y de número de teléfono. No había forma de dar con él, desde el período que se fue hasta que se hizo la denuncia nadie se había comunicado con él".
Se fue a su pueblo en el Litoral por los abusos sufridos en el Instituto y por las amenazas de las autoridades de ese Instituto
"Su nombre apareció en la investigación penal por referencia tales como que había un chico así, que vive en el Litoral y le pasó tal cosa. No sabíamos quién era, entonces dijimos, un chico con discapacidad seguro tiene certificado único de discapacidad. Esto nos dio una mano la Defensoría de Personas con Discapacidad, cobra pensión y ahí lo encontraron, vivía en el Litoral", detalló.
Con la ayuda del comisario del pueblo y la Organización Pública lograron encontrarlo. Luego, a través de una videoconferencia con un equipo formado por psicóloga e intérprete, "se le preguntó si se trataba de la persona que describieron, dijo sí, soy yo. Se le preguntó si estaba dispuesto a declarar, aceptó y se hizo la logística para traerlo a la provincia".
"Quería que fuera su abogado, y lo representé. Es uno de los chicos que he representado siempre. Estuvo cinco horas declarando", dijo el abogado que representa a tres víctimas en esta causa.
“Los ridiculizaron”
Barrera detalló que, desde el inicio, el juicio tuvo un sinnúmero de artilugios defensivos, denuncias penales a intérpretes de los peritos oficiales, desacreditaciones al Ministerio Publico, a las víctimas y a sus abogados. También informes de peritos pagados por las religiosas cuestionando la labor de los intérpretes y los psicólogos y psiquiatras oficiales, incluso plantearon que todo estaba orquestado por las víctimas.
Durante el proceso las ridiculizaron. Decían que creen en fantasmas, porque ellos hablaban y decían que soñaban con fantasmas. Con eso pretendieron ridiculizarlos
El deber cumplido
Ya finalizada su participación, tras el cierre de su alegato, el abogado Barrera reconoció que se encuentra "satisfecho. La labor está cumplida".
"Las víctimas también lo consideran así, más allá que está el reclamo de justicia. Todo este tiempo fue agotador, desgastante y son los últimos esfuerzos. Nosotros terminamos con este juicio y ya está, es lo último. Yo le prometí a los chicos que es lo último y aceptaron venir y declarar. Algunos lo hicieron desde su provincia. Para ellos también es el último esfuerzo", concluyó.
El inicio de un calvario sin fin
- Todo comenzó en noviembre de 2016, cuando la primera denuncia salió a la luz. "Una primera víctima no aguantó más, porque se encontró en la Asociación de Sordos con otra chica, recordó quien era y lo que le había pasado a ella. Decidió ir a buscar al servicio de intérpretes de la municipalidad de Mendoza para que le ayudara a transmitir ante la autoridad lo que le estaba pasando".
- La denuncia se motorizó cuando la por entonces vicegobernadora Laura Montero habló con el procurador Alejandro Gullé y, finalmente, quedó materializada.
- Este miércoles será el turno de los alegatos finales de los defensores.
