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Historias

Cómo era la casa familiar de Manuel Belgrano

Un exhaustivo estudio permitió determinar que la vivienda donde vivía el prócer argentino quedaba en la actual Avenida Belgrano N°418-430 del barrio de Monserrat.

Casa Belgrano

Una investigación iniciada en 2020 tenía como objetivo de dar a conocer la  la casa histórica que fuera propiedad de la familia Belgrano González, solar donde nació, vivió y murió el general Manuel Belgrano.

Cuesta pensar que en pleno siglo XXI no se conozca cómo era su casa natal teniendo en cuenta que se ubicada a tan solo tres cuadras de la Plaza de Mayo, rodeada de otros edificios emblemáticos que formaron parte de la vida de Belgrano y su familia como la vieja Aduana, el Real Colegio de San Carlos (hoy Colegio Nacional de Buenos Aires) y el Cabildo, entre otros. Nada se sabía con certeza respecto de cuándo y por qué fue demolida.

Este estudio llevó a constatar tempranamente que las pocas imágenes conocidas de su fachada no pertenecían a esa casa, sino a una casona vecina y lindera que había pertenecido sucesivamente a las familias Espinosa y Constanzó, cuya demolición tuvo lugar en 1909. Esta casa donde se destacaba un balcón enmarcado por un portal barroco que señalaba el acceso principal, fue durante 120 años identificada erróneamente como la casa del prócer sin contar con el debido sustento documental.

Solo se basó en el testimonio de su ultimo propietario, el Dr. Julio Peña quien al momento de su demolición le relató a la revista Caras & Caretas la versión de que dicha casa había pertenecido a la familia Belgrano y que allí había muerto el prócer.

Descartada esta versión surgió el desafío de explicar cuál y cómo era la verdadera casa histórica cuya desaparición parece haber coincidido con la de muchas otras que databan del período colonial ya que un nuevo paradigma arquitectónico rechazó el pasado hispánico incorporando el repertorio de la arquitectura italiana y francesa.

Cómo fue el estudio

La investigación comenzó en plena pandemia de Covid-19 y esto dificultó el acceso a los documentos. Gracias a mecanismos implementados por diferentes archivos nacionales y españoles se logró acceder en forma remota a la documentación que reveló la penosa suerte corrida por la casa luego de la muerte de los padres de Manuel Belgrano y sobre todo de su propia muerte, lo que permitió derribar diferentes mitos que rodearon su historia.

El hallazgo de la escritura de compra de la parcela, adquirida por los padres del prócer en 1764 que permitió establecer indubitablemente la forma y las dimensiones de la parcela y compararla con su estado actual. Según este documento la propiedad constaba por entonces con algunas 'casas viejas, paredes de tierra'

Maqueta casa Belgrano
Maqueta de la vivienda del prócer argentino 

La casa que, según el testamento de Domingo Belgrano fue construida con 237.500 ladrillos, no había sido vendida en 1828 ni sobrevivió hasta 1909 o 1930 como se había sostenido hasta ahora.

Mediante estudios genealógicos se demostró documentalmente que la casa siempre fue habitada por descendientes de la familia hasta su venta final en la década de 1870 a través de las líneas Acevedo-Belgrano y Castañón Acevedo.

A ello se sumó el análisis de los censos de población correspondientes a los siglos XVIII y XIX que aportaron la información necesaria para determinar fehacientemente que el general Manuel Belgrano nació, vivió y murió en esa misma casa.

A su vez el estudio catastral de la manzana reveló que la propiedad solo estuvo vinculada a la actual avenida Belgrano. Las versiones que hacen referencia a una salida sobre la calle Defensa o de que sus fondos alcanzaban la calle Venezuela no tienen sustento documental alguno.

También y como dato complementario, se esclarecieron las condiciones en que Domingo Belgrano Peri, padre del prócer, llegó al Rio de la Plata: sus vínculos comerciales, sus propiedades al momento de su muerte y detalles sobre su arresto domiciliario entre 1788 y 1793 luego de verse implicado, y finalmente absuelto, en una causa judicial por el desfalco de la Aduana de Buenos Aires.

En este sentido también es importante remarcar el papel cumplido por su esposa María Josefa González Casero, quien debió sobrellevar la crisis económica y familiar que derivó de este hecho, bregando por la inocencia de su esposo en sendas cartas escritas de puño y letra enviadas al virrey Loreto y a los reyes Carlos III y Carlos IV de España.

Tasaciones judiciales

Pero la documentación más importante para conocer al menos el aspecto que tenía la casa a solo cuatro décadas de fallecido el prócer fue el hallazgo de tres tasaciones judiciales pormenorizadas que se realizaron en 1861 a pedido del juez que entendía en el concurso en el cual estaba envuelta la propiedad y que permitió la reconstrucción digital tridimensional de la casa mediante el uso de herramientas informáticas.

Estas revelaron que la casa poseía un sector de almacenes en su frente dominando con este uso toda su fachada y un sector de vivienda replegado hacia los fondos de la parcela pudiendo ser esta una de las causas que dio lugar a su invisibilizacion. El conjunto estaba organizado en torno a tres patios, el tercero de los cuales se usaba como corral, y un sector de la vivienda poseía una segunda planta que contenía 5 de las 10 habitaciones.

Solo el sector de altos contaba con techos de tejas a dos aguas ya que el resto de la construcción era de azoteas evidenciando la moda que caracterizó a este tipo de casonas hacia el último cuarto del siglo XVIII.

El resto de los ambientes lo componían una sala principal, un comedor, cocina, fogón y despensa. A su lado y hacia el fondo del corral se ubicaban dos cuartos pequeños destinados posiblemente a los sirvientes o esclavos con que contó la casa en su época de esplendor.

A pesar de ello el conjunto no denotaba opulencia sobre todo por su fachada de almacenes que contaba con tres ventanas de proporciones "mínimas" y cuatro accesos compuestos por dos puertas y dos portones. Estos últimos de mayor tamaño, daban al zaguán previo al primer patio y a un segundo zaguán que organizaba los espacios de almacenes. Como detalle interesante se logró confirmar que el brocal de aljibe de mármol que se encuentra hoy en uno de los patios del cabildo, no corresponde a la casa de Manuel Belgrano como se sostiene, ya que una de las tasaciones dice claramente "un pozo de balde con brocal y calce de ladrillo".

Los documentos también revelaron que la casa sufrió los embates judiciales producto de una testamentaria que demoró casi 90 años en resolverse colocando aquel bien en un limbo legal que impidió la realización de mayores transformaciones edilicias lo que se comprueba también por la tipología obtenida y los materiales presentes en dichas tasaciones.

Quienes hicieron el estudio 

  • Alejandro Maddonni: arquitecto egresado de la UBA. Vocal de la Junta de Cultura y de Estudios Históricos de Monte Castro. Creó y dirige el Taller Patrimonio y Ciudad (2011) junto al arquitecto Gastón Becerra. Autor de dos libros: La Reconquista de Buenos Aires. Escenarios, hitos y vestigios (2006) y Buenos Aires en demolición (2021).
  • Roberto Colimodio: historiador y genealogista. Miembro de número de la Academia Argentina de la Historia y correspondiente por Buenos Aires de la Academia Sanmartiniana y del Instituto Nacional Belgraniano. Autor de “Oficiales de Belgrano prisioneros en Ayohuma” (2014) y de “Los Héroes olvidados de la Cuesta de Chacabuco (2018).

Fuente: diario La Prensa 

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