Sin comunicación
Alejo Arias González, de 24 años, se encuentra en una cárcel ubicada en El Salvador desde julio del 2023, acusado de formar parte de una banda colombiana que realizaba estafas. Tras varios meses sin saber nada del joven, su familia busca desesperadamente alguna forma para comunicarse con él.
Según expresaron sus padres, perdieron contacto con Alejo desde el momento en que fue detenido por las autoridades y aseguran que “no hay pruebas en su contra para mantenerlo tras las rejas”.
A fines de enero pasado, se venció el plazo de la prisión preventiva, pero tanto el juez como los fiscales, decidieron renovar el plazo por un semestre más, alargando la investigación. Mientras tanto, el joven de 24 años permanece recluido en el Centro Penal de Jucuapa en el distrito de Usulután, una cárcel de seguridad intermedia ubicada a 200 kilómetros de la capital de El Salvador.
Además, desde Cancillería enviaron una nota al consulado de El Salvador para que se pueda establecer un contacto entre padres e hijo. Sumaron una carta emitida al Centro Internacional de Derechos Humanos (CIDH) solicitando que intercedan para que Arias pueda ser defendido por un abogado y que se levante la incomunicación.
Por último, los padres del joven enviaron a través de un legislador provincial distintas cartas al mendocino Luis Petri, ministro de Defensa de la Nación, y a Patricia Bullrich, ministra de Seguridad de la Nación.
El pedido de clemencia
A principios de noviembre del 2023, la familia de Alejo envió una carta al presidente Nayib Bukele pidiendo clemencia.
Según expresó el padre del mendocino oriundo de Rivadavia, "estamos con mucha fe, con las pilas puestas en esta carta. Si tiene algo de corazón tiene que acceder sin problemas. Estamos esperando a ver qué pasa”. Mientras que el caso no tiene evidencias, lo último que supieron sobre Alejo fue en octubre, cuando la Cancillería comunicó que habían visitado a Alejo y que se encontraba en buen estado de salud.
El caso de Alejo en El Salvador
Alejo se mudó a El Salvador en marzo de este año con una propuesta laboral de una financiera. Su objetivo era ir y reunir plata durante seis meses y volver. Como se explica en la carta, con ese dinero iba a pagarse la carrera de Radiología.
Sin embargo, él nunca supo que la empresa que lo había contratado era ilegal. El pasado 14 de julio fue detenido cuando la Policía lo interceptó en la puerta de su condominio. Lo acusaron de formar parte de una asociación ilícita de origen colombiana que se dedicaba al lavado de dinero y que era perseguida por el gobierno.
Capturaron a 110 sospechosos de esa supuesta banda. El único argentino es Alejo.
Actualmente, se encuentra detenido en el Centro Penal de Jucuapa en distrito de Usulután, una cárcel de seguridad intermedia, ubicada a 200 kilómetros de la capital de El Salvador.
