Reunión
Hubo acuerdo con los 15 feriantes del Persa incendiado en febrero de este año que se mantenían vendiendo en calle General Paz de Ciudad, pese al peligro que suponía un eventual colapso de las estructuras. Esto se concretó tras una reunión con el municipipo capitalino, que confirmó que momentáneamente serán reubicados en un boulevard de calle Mitre, entre General Paz y Las Heras.
La medida será excepcional y se extenderá por dos meses para que los comerciantes puedan ejercer su trabajo sin poner en riesgo su seguridad. Los feriantes, por su parte, insistirán para que se habilite el espacio que pretenden sobre calle Patricias de Ciudad.
"Hemos mantenido un diálogo en donde hemos expresado el compromiso y la voluntad de la Municipalidad de la Ciudad de acompañar en todo momento y velar por la seguridad de tanto de ellos como de los vecinos de las ciudad que es lo más prioritario e importante. Finalmente han aceptado que se proceda con la demolición del espacio, así que van a liberar la vereda", ratificó Lorenzo Nieva, secretario de desarrollo económico de Capital.
"La municipalidad -agregó- les ofreció un paseo seguro. Así que de forma excepcional y por dos meses más se les va a brindar un permiso transitorio para poder ejercer su actividad ahí. Estarán también con nuestro cuerpo de inspectores realizando la actividad por dos meses y, por supuesto, en estos dos meses el compromiso desde el día uno del municipio de seguir con ellos buscando un lugar para que puedan realizar su tarea".
Satisfacción y expectativa
La vocera de los feriantes por su parte se mostró satisfecha con el convenio, al tiempo que esperarán que el dueño del nuevo espacio privado realice todas las habilitaciones para poder trabajar luego de que se cumpla ese plazo de gracia. “La Municipalidad se comprometió a acompañar el proceso. Además, decidimos irnos porque ya son cuatro días sin trabajar, entonces ya no podemos seguir así. De eso vivimos nosotros. Somos comerciantes independientes y vivimos de lo que vendemos”, dijo Marycruz Guillén.
Desde la comuna recordaron que se trató de un conflicto entre privados, pero hubo asistencia luego del siniestro que dejó pérdidas totales. En ese momento hubo 65 feriantes que quedaron sin lugar para trabajar. Se logró reubicar 50 en otros espacios y se los ayudó con un subsidio de 50 mil pesos a todos. También se les otorgó un crédito a tasas bajas al que sólo accedieron 13 comerciantes.
Los 15 que faltaban se oponían al traslado y comenzaron a vender en la calle hasta que el dueño del terreno empezó con los trabajos de demolición y eso provocó el enojo de los feriantes, quienes colocaron sus puestos en la calle y hasta cortaron esa esquina en pedido de acciones concretas.
