No hay nada que refresque más en un día verdaderamente caluroso como un sorbete de limón bien frío. El limón tiene la virtud de ser un cítrico que aporta grandes cantidades de minerales, como el magnesio, el potasio, el calcio y el fósforo, además de vitaminas A y C. Todo esto, combinado con aportes de fibras y un valor calórico bajísimo.
Te mostramos hoy una receta para que consigas incorporar más de este magnífico fruto a tu dieta de una forma realmente deliciosa. Con muy pocos ingredientes podrás disfrutar de una bebida refrescante, sana y deliciosa. ¡Estamos seguros de que te va a encantar!
Ingredientes de esta receta:
- ½ kg. de limones
- 1 lt. de agua
- Endulzante a gusto (puede ser el que más te guste y en la cantidad que prefieras)
- 4 claras de huevo
- Ralladura de 1 limón
- 1 cda. de jengibre rallado
- Menta al gusto
- ½ cdta. de sal
Procedimiento:
- Exprimimos los limones y reservamos, tapado, en la heladera. La cantidad dependerá de qué tan jugosos sean los limones que hemos conseguido.
- En una olla, incorporamos el jugo de limón, el agua, el endulzante, la ralladura de limón, la menta y el jengibre y llevamos a hervor. Una vez que esto suceda, apagamos el fuego, colamos y dejamos enfriar.
- Aparte, montamos las claras de huevo a punto nieve con la ayuda de la sal y de una batidora.
- Incorporamos las claras montadas al jugo de limón ya frío mezclando con la batidora hasta conseguir un líquido espumoso.
- Tapamos bien el sorbete y lo llevamos al congelador por aproximadamente dos horas. Cada 25/30 minutos, debemos retirarlo del congelador para batirlo nuevamente. Esto hará que el hielo no se forme en bloque.
- Servimos decorando con unas hojitas de menta y una rodaja de limón.
