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La noche en Monterrey reservó un desenlace amargo para las aspiraciones del Inter Miami en la Concachampions. Frente a un Rayados dominante, el conjunto floridano, con Lionel Messi como su estandarte, no pudo revertir la desventaja del encuentro de ida y terminó su participación en los cuartos de final de la competencia.
Desde los primeros minutos, Rayados demostró su superioridad en el campo de juego. Sin necesidad de monopolizar la posesión, que apenas alcanzó el 39%, el equipo mexicano generó peligro constante y supo explotar cada debilidad de su rival. El marcador se abrió gracias a un error del portero del Inter Miami, propiciando que Vázquez pusiera el primer gol para Monterrey. La intensidad de los locales no decayó y se vio reflejada en el segundo tiempo con el golazo de Berterame, aumentando la ventaja y el baile sobre el terreno de juego.
A pesar de la presencia de Messi, quien regresaba de una lesión y había sido pieza clave en el enfrentamiento previo de la liga contra Colorado Rapids, el Inter Miami no logró contrarrestar el dinamismo y efectividad de Rayados. Messi, mostrando destellos de su calidad con una asistencia para el descuento, no pudo por sí solo cambiar el rumbo del encuentro.
El contexto extradeportivo que rodeó la serie añadió una capa de tensión a los enfrentamientos. Declaraciones controvertidas y un audio filtrado que involucraba a Messi en una supuesta confrontación verbal con Nicolás Sánchez, ayudante de campo de Ortiz, alimentaron la expectativa de un duelo cargado de emociones. Sin embargo, dentro de la cancha, la historia se escribió con los pies y Monterrey supo redactar su victoria con claridad y contundencia.
La eliminación del Inter Miami cierra un capítulo más en la carrera de Lionel Messi en su aventura americana, dejando la Concachampions como un sueño pendiente. Por otro lado, Rayados avanza firme en su búsqueda del título, dejando en el camino a uno de los equipos más mediáticos del torneo. La magia de Messi, a pesar de su rebeldía y calidad innegable, encontró su límite ante un Monterrey que, sin la pelota, fue capaz de dictar el ritmo y llevarse la clasificación a semifinales.
