En un trágico suceso a 6700 metros de altura, el Cerro Aconcagua fue escenario de una fatalidad, Raul Alexander Tartera, de Estados Unidos, se encontraba descendiendo de la cumbre cerca del paraje conocido como La Cueva cuando comenzó a presentar graves problemas de salud. Pese a los esfuerzos del guía Pedro Lizabe y el apoyo del equipo médico de Plaza de Mulas, la situación de Tartera se deterioró rápidamente.
El uso de oxígeno y medicación no fue suficiente para estabilizar al andinista, quien finalmente colapsó sin responder a las maniobras de reanimación cardiopulmonar. Los intentos desesperados por salvarlo en una de las zonas más inhóspitas del planeta no alcanzaron. La confirmación del fallecimiento por parte de la Dra. Roxana Ponce cerró una jornada de luto para los montañistas que eligieron despedir el año tratando de hacer cumbre en el techo de América.
Este incidente resalta los riesgos extremos a los que se exponen los aventureros en busca de conquistar las cumbres más desafiantes del mundo, así como la importancia crítica de la preparación y el respeto por las condiciones naturales de estos entornos naturales.