Precios sin techo
En este contexto tenemos que seguir, con incertidumbre y miedo, teniendo que afrontar lo que sucede sabiendo que, de ganar un gobierno que decida trabajar en serio, nos esperan de tres a cinco años, al menos, de zozobra.
Y si, la inflación licúa todo: las esperanzas, las ganas y fundamentalmente nuestro dinero absolutamente devaluado y nos hace sentir (en verdad lo somos) cada día más pobres.
Cuando nuevos estudios lo manifiesten, comprobaremos que hay más y más gente sin poder, al menos, alimentarse y eso porque Argentina se encuentra ubicada en el segundo lugar del ranking de países con inflación más alta en el rubro alimentos. Los datos surgen de un informe elaborado por el Banco Mundial, en el que Líbano ocupa el puesto número uno. La inflación general en Argentina durante 2022, alcanzó el 94,8%y se encuentra por encima de Zimbabwe, Irán y Turquía o de países africanos como Ruanda y Ghana.
Esto porque los mayores aumentos se producen en este rubro. Cada vez más trabajadores con sueldos muy deprimidos deben destinar mayor porcentaje a la compra de elementos indispensables para la vida, en detrimento de otros rubros.
Aun cuando se tomen medidas correctas la inflación sube, aun cuando tenemos una importante afluencia de vecinos trasandinos en nuestra provincia que vienen a comprar y a motorizar actividades que de otra forma estarían visiblemente deprimidas, la inflación sube.
Cuando hablamos de medidas acertadas nos referimos a la gradual quita de subsidios a la energía que provocaba, además, de un enorme gasto al estado, que se estuviera subsidiando por igual a personas con grandes ingresos y a zonas más ricas con un enorme perjuicio para el resto. Insistimos en muchas oportunidades que las tarifas debían sincerarse, pero como siempre en este país, la medida ("sugerida" por el FMI) viene a aportar mayor carga a los desbocados aumentos de costos en hogares, pero también, industriales y comerciales.
En cuanto a la llegada extraordinaria de turistas chilenos que, aunque vengan en tour de compras y reaviven en cierta forma el pequeño y mediano comercio y algún sector del turismo, ese dinero se licúa, debido a que, en el próximo gasto, quienes se beneficiaron de esa visita tendrán que desembolsar más dinero, sin importar qué compren o paguen.
La responsable de esto es la desastrosa macroeconomía de nuestro país que en todas sus variables está al límite, que es invivible para nosotros, que pone en riesgo a cualquier empresa o emprendimiento.
O sea, cualquier buena noticia en este contexto pasa a ser una anécdota en la lucha por alcanzar el precio de los bienes y servicios que se necesitan para vivir y ejercer nuestras actividades empresariales.
Hasta la próxima inauguración y puesta en marcha del esperado gasoducto que permitirá que el Estado nacional ahorre USD 2.100 millones y que generó 50.000 empleos, además de motorizar a las empresas de Vaca Muerta, queda deslucida ante el panorama acuciante que sufrimos.
Por el momento solo nos queda seguir buscando estrategias que nos permitan sobrevivir y encontrar espacios apropiados para superar la coyuntura. A futuro nos queda votar correctamente y seguir trabajando para apoyar un plan que permita volver a niveles normales de vida y a mediano plazo, tratar de crecer.
Ojalá que quienes hoy solo están preocupados por llegar a ocupar cargos decisivos muestren el mismo interés y pasión por forjar un país que aproveche su potencialidad, apoye a la empresa para generar riqueza y trabajo y nos permita vivir dignamente y en paz.
Por Daniel Ariosto, presidente de UCIM
