RESONANTE CASO
A 31 años de su misteriosa desaparición, a Paulo Christian Guardati lo siguen buscando. Y sobre todo su mamá, Hilda Lavizzari, quien sigue teniendo la esperanza de poder finalmente “encontrarse” con su hijo después de tanto tiempo.
Es por eso que llegó este jueves un equipo especializado de antropología forense de la Universidad de Buenos Aires para realizar nuevamente la exhumación de un cuerpo que yace en el Cementerio de Capital, del cual tomaron muestras para tratar de confirmar o no si se trata de Guardati, quien desapareció el 23 de mayo de 1992 en Godoy Cruz, cuando tenía 21 años, en uno de los casos más resonantes de los últimos 40 años en Mendoza.
El cuerpo exhumado ya había sido analizado en el año 92, pero en aquel momento los resultados genéticos no fueron contundentes para confirmar o descartar que se tratara del joven desaparecido.
Los abogados de la familia señalaron que cuando se exhumó el cadáver en aquel entonces, se hizo un reconocimiento visual en el que hubo varias coincidencias en la ropa y en algunas partes del cuerpo que llevaron a pensar que podía tratarse de Guardati. Sin embargo, los resultados forenses no fueron contundentes.
La causa estuvo estancada durante mucho tiempo en la Justicia mendocina, en especial en la Fiscalía de Homicidios dirigida por la fiscal Claudia Ríos.
En 2021 pasó a manos de la Justicia Federal, a cargo del fiscal Daniel Rodríguez, y todo cambió: se hizo lugar al nuevo pedido de los querellantes de Lavizzari para volver a analizar ese cuerpo, protagonista de un hecho que está considerado como una desaparición forzosa y un crimen de lesa humanidad.
Hilda Lavizzari, madre del joven desaparecido, tiene hoy 80 años y está muy esperanzada con los resultados de la nueva exhumación. Llevarán un tiempo conocerlos, pero la mujer no se rinde. Aunque hayan pasado 31 años.
