Tristemente célebres
Miguel Ángel Cerón tenía un prontuario de varias fojas que involucran asesinatos, robos, tiroteos, tenencia ilegal de armas de guerra, amenazas agravadas por la utilizacion de ellas, luchas por el control de la zona y, se investigaba, sus lazos con la venta de drogas.
Tenía 34 años y una carta de presentación que intimidaba: “Soy el hermano del Morocha”. Criminal adolescente que hizo acrecentar su imagen al ritmo de robos, disparos y ultra violencia.
Pasadas las 7.20 un escuadron policial encabezado por el fiscal Gustavo Pirello quien, junto a la División de Homicidios y de Investigaciones - entre otros implicados - ingresaron al barrio San Martín para realizar una serie de allanamientos que tenían un objetivo específico: dar con el paradero de Miguel Ángel Cerón.
Al llegar al domicilio ubicado en calle Cacheuta y Los Paramilos, del mencionado barrio de Capital, El Pipa, como le decían sus allegados, subió al techo de la vivienda y comenzó a defenderse atacando con disparos al personal policial.
La situación se volvió caótica y el despertar de los vecinos estuvo marcado por los gritos, las explosiones y el temor de que una bala perdida ingresara a sus hogares.
El enfrentamiento llegó a su fin cuando Miguel Ángel Cerón cayó al suelo y murió producto de un disparo en la cabeza.
Las hipótesis son dos: por un lado se va a investigar si el proyectil que ingresó en la cabeza del delincuente es de un arma policial; por el otro se analizará si el hermano del Morocha, al verse acorralado, decidió terminar con su vida.
Cabe destacar que del intercambio de disparos no resultaron efectivos lesionados.
De esta manera llegó a su fin la vida de un hombre de 34 años que durante gran parte de su vida decidió emular en el plano de la delincuencia a su hermano, el mítico Morocha, quien fue abatido por el preciso disparo de un francotirador en el 2003.
