Millonaria indemnización de Mendoza
El Tribunal de Gestión Judicial Asociada N° 1 de la Segunda Circunscripción, de San Rafael, falló en contra del Gobierno de la Provincia de Mendoza y lo condenó a pagar 1.347.289 pesos más intereses y costas en favor de Gassimou Barry, un guineano de 38 años que había sido acusado y detenido por un femicidio ocurrido en San Rafael en 2016, hecho por el que fue sobreseído 19 meses después y por el que luego fue condenado la ex pareja
de la víctima.
En sus fundamentos, el Tribunal sostuvo que “se advierte que han existido errores tanto del Fiscal, como del Juez intervinientes y en especial sobre la detención prolongada y excesiva que afectó a Gassimou Barry” y se argumentó que la decisión del fiscal de pedir su detención fue “sin ningún elemento probatorio” que la sustentara.
El Tribunal, para fallar en contra del estado mendocino, concluyó que “en el caso (penal) se muestran errores en la investigación” y también “la prolongación injustificada en la resolución de la causa y en la detención de Gassimou y, por tanto, el Estado de Mendoza debe responder conforme a la ley 8968”.
Toda la historia
Gassim, así le llaman sus afectos, nació en Guinea. Su padre murió cuando él tenía 11 años y su madre lo crió junto a cinco hermanos, dos hermanas mayores y tres varones más pequeños.
En 2009 Gassim se fue de su casa buscando mejor futuro. Llegó al puerto de Senegal, donde consiguió trabajo cargando arroz en los barcos que partían hacia el Atlántico. Su plan, como el de otros jóvenes, era embarcase como polizón en alguno de esos buques cargueros que zarpaban hacia Europa
Pasó un tiempo hasta que detectaron la oportunidad. Gassim se zambulló al mar pese a que casi no sabía nadar y se dirigió por debajo del agua hasta un sector cercano a la hélice, donde había un orificio de entraba al barco y que daba a un compartimento estanco. Otros tres jóvenes lo siguieron.
El viaje a algunos de los puertos hacia donde partían estos cargueros duraban 5 días y los polizones tenían agua y algunas galletas para suportarlo, pero el buque no iba a Europa. Después de un largo viaje de 28 días, atracó en un muelle del puerto de San Lorenzo, 23 kilómetros al norte de la ciudad argentina de Rosario. Los cuatro jóvenes fueron descubiertos, hambrientos y deshidratados.
Gassimou Barry pasó el primer tiempo en Rosario, realizando distintos trabajos. En ese período conoció a Claudia Victoria Rosa, una mujer bonaerense con raíces africanas, y formaron pareja. En enero de 2012 Gassim y Claudia decidieron mudarse a Mendoza. Alquilaron un local en la zona de los persas. Ella consiguió trabajo en una tienda vecina.
La vida pareció acomodarse, tanto que se casaron e hicieron una modesta fiesta a la que vinieron los padres de ella. Después Claudia, docente artística de profesión, consiguió un cargo en un jardín de infantes privado. Tuvieron unos años buenos y parecía que todo seguiría así, pero en 2016 la inflación y la recesión afectaron las ventas en el local, debieron cerrar y Gassim decidió hacer venta callejera, especialmente llevando sus productos a algunos
departamentos de Mendoza.
Las dificultades económicas afectaron también la relación de pareja y Claudia y Gassim estuvieron separados unos meses, pero después reconstruyeron la relación. Pero llegó septiembre de 2016 y el destino les deparaba la prueba más difícil de sus vidas.
El 13 de septiembre Gassim y un compatriota suyo, viajaron a San Rafael para vender su mercadería en la calle. Pero el plan se frustró porque en San Rafael los inspectores municipales les impidieron la venta y les exigieron que se fueran de la ciudad a cambio de no secuestrarles la mercadería.
Cuando Gassim se dirigía de regreso a la terminal y en una de las acequias frente a la Municipalidad, encontró un teléfono celular. Lo guardó en su bolsillo y compró un chip mientras esperaba que saliera el micro que los llevaría de regreso a Mendoza. Se lo colocó y, ya en el micro, lo prendió y se sacaron algunas selfies. Lo que Gassimou Barry no sabía es que ese celular era de Florencia Peralta, una mujer policía que en la madrugada había sido asesinada
en su casa, estrangulada con un cable.
Sin ninguna idea de esto y mientras la Justicia investigaba el caso, Claudia y Gassim siguieron con sus vidas y a fines de 2016 decidieron dejar Mendoza y mudarse a Buenos Aires. En Julio de 2017 Gassim viajó a Rosario, una ciudad que conocía, para vender mercadería. Una división de la Policía de Mendoza había detectado que el celular de Florencia Peralta se había activado, siguió su rastro y una comitiva detuvo a Gassim en Rosario, para luego trasladarlo a San Rafael.
El celular era la única prueba en contra del guineano. No habían encontrado huellas de él en la escena del crimen, ni testigos ni ningún otro elemento que lo involucrara, pero en ese momento la fiscalía lo consideró suficiente para detenerlo y esto fue aceptado por el juez de Garantías.
El defensor público Jorge Vitale se encargó de su defensa. Dos semanas después se sumó el abogado Guillermo Rubio, integrante de la Liga Argentina por los Derechos Humanos y también parte de la Comisión por la Prevenció de la Tortura. También había entrado en alerta el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos.
Después de mucho esfuerzo, Rubio y Vitale lograron que se le concediera a Gassim la prisión domiciliaria. Para lograr este beneficio, Rubio le cedió a Gassim su propia casa y el letrado se mudó a su estudio. Sin poder salir de esa casa y con una tobillera colocada, Gassim estuvo cumpliendo prisión domiciliaria hasta el 7 de diciembre de 2018, cuando Rubio logró que se le permitiera fijar su domicilio en Buenos Aires, junto a Claudia.
Pudo volver a trabajar, con la obligación de pasar por la comisaría a firmar la constancia de que estaba a disposición de la Justicia. Después de 587 días en calidad de detenido y a disposición de la Justicia, Gassimou Barry fue sobreseído. El febrero de 2021, aún en pandemia, se le dio la constancia del sobreseimiento definitivo y que estaba libre de cualquier antecedente.
Antes, el 10 de mayo de 2019, el policía Damián Ortega, ex marido de la también policía Florencia Peralta, fue condenado en San Rafael a prisión perpetua por su asesinato. Ahora, la Justicia Civil hizo lugar a la demanda por daños y perjuicios interpuesta por Gassimou Barry y le impuso al Gobierno de Mendoza a reparar el daño causado, imponiéndole un resarcimiento de 1.347.289 pesos, más intereses y costas.
Gassim y Claudia siguen juntos y han construido una familia trabajadora y feliz.
