El misterioso fantasma de El Carrizal
Hay centenas de mitos y creencias que están todavía muy vivos en el interior mendocino. Algunos llevan años, otros se modernizan o reemplazan a algunos más antiguos. ¿Creer? Cada cual sabrá qué hacer.
Redacción de Diario Mendoza
Hay centenas de mitos y creencias que están todavía muy vivos en el interior mendocino. Algunos llevan años, otros se modernizan o reemplazan a algunos más antiguos. ¿Creer? Cada cual sabrá qué hacer.
Lo mejor del pasado es que no regresa. La mayoría sostiene que antes “se vivía en paz y con seguridad”. No es tan así. Para refutar estas afirmaciones, basta con buscar en las historias de los pueblos de Mendoza.
Moshe Pereg, tío de Nicolás, se mostró profundamente conmocionado al enterarse del fallecimiento de su sobrino, pero descartó cualquier posibilidad de realizar gestiones para repatriar el cuerpo a Israel. El caso de Gil Pereg, condenado por el asesinato de su madre y tía, marcó un oscuro capítulo en Mendoza.
En Mendoza, como en todos lados, algunos pierden la cordura por una mujer, otros por el juego, algunos más por el fútbol. He aquí la historia de cómo un albañil perdió el juicio en un cementerio y se convirtió luego en un personaje pueblerino.
Todos los pueblos tienen su personaje. Son parte del paisaje, de sus costumbres. Hombres o mujeres que, por sus características particulares, son la identidad de esos lugares. Aquí la historia de uno de ellos.
Esta es una última recorrida por una de las zonas más antiguas de Mendoza, que lleva nombres que dan indicio de su origen. Allí quedaron, por ejemplo, capillas construidas una sobre otra y ruinas que conservan la memoria.
En Mendoza vivió una de las hijas del caudillo entrerriano, que tuvo más de 100 hijos ilegítimos. La historia de esta mujer está ligada con el distrito de La Reducción, uno de los más antiguos y misteriosos de la provincia.
En la provincia hay casi 1.000 niños y adolescentes alojados en residencias del Estado. Cerca del 20% está en condiciones de ser adoptado, pero el 80% son mayores de cinco años y no hay familias capaces de recibirlos. La provincia relanzará un programa de familias temporarias.
Está en una de las zonas más antiguas de Mendoza. Hay tumbas abandonadas. El sitio se usa por las noches para hacer rituales. Es un lugar mágico y extraño, muy poco conocido.
La familia mendocina que construyó la marca de alfajores más premiada de la Argentina, en base a trabajo en conjunto y a la inspiración original de una receta de merengue que trascendió generaciones.
Quedó olvidado en medio de un campo, lejos de todo. Las tumbas son de pobladores de un lugar desaparecido. Allí quedan solo preguntas sin respuesta.
Todos han escuchado alguna vez sobre ellas y hay muchos que aseguran haberlas visto. Las brujas y sus brujerías son parte del folclore nacional y Mendoza no es la excepción.
La vida intensa de un hombre que fue parte de la construcción de este pueblo de Mendoza y que terminó con su asesinato por una disputa absurda.
Brizuela supo ser un porfiado artista de Mendoza, que equilibraba su falta de talento con un gran entusiasmo. Un día salió de gira a la Costa Atlántica. Algunos dicen que triunfó. Otros cuentan esta historia.
Puede haber sucedido en cualquier carril de Mendoza, en cualquier callejón entre fincas. Historias como estas hay cientos, solo que nadie se anima a contarlas
Todavía hoy la moto Ramonot es una pieza de colección, deseada y querida por los motociclistas apasionados. Hay algunas unidades que se conservan en perfecto estado.
Fueron, aunque el tiempo pasado no lo es tanto porque aún existen, hombres que decidieron escapar de la sociedad y hacer su vida de otra forma, sin hogar ni querencia. Son parte de la historia de un país que supo ser ferroviario.
Después de perder una pierna en un accidente, no renunció a sus pasiones y hoy es múltiple campeón de ciclismo, esquiador experto y futbolista. Vive en Uspallata y no olvidó sus sueños después de la amputación.
Todos se preguntan cómo será. No hay respuestas y las que hay pueden ser reales o producto de alucinaciones. Morir solo, en un callejón perdido de Mendoza, puede ser un relato fantástico. O no.