Cumbre Inspiradora
Llegar a la cumbre de la montaña de América, eso quiere. Es un gran desafío, pero no tanto como el que se le presentó a los 19 años, cuando perdió la vista en un accidente y se impuso seguir siendo un muchacho activo, creativo, emprendedor.
Walter Álvarez ahora tiene 49 años, esposa, hijas, un trabajo en el Poder Judicial, una carrera deportiva como maratonista, montañista y escultor. Porque le faltará la vista, es cierto, pero es lo único que le falta. A cambio, le sobran ganas para todo, como siempre.
La montaña es un amor que tiene desde niño, cuando su padre trabajaba en un hotel de Malargüe y él lo visitaba, cada tanto.
Por ese amor es que, ahora, quiere hacer cumbre en el Aconcagua. Ser el primer argentino ciego en llegar hasta allí. Ha habido otros que cumplieron ese desafío, como dos rumanos que lo lograron el mes pasado. Pero todavía ningún argentino ciego lo ha logrado. Walter quiere ser el primero.
Él está acostumbrado a que todo dependa de él, que las dificultades están para superarlas. Pero ahora, para poder concretar la expedición, necesita dinero más allá de que hay gente que le ayudará a que ese dinero no sea tanto, como el guía, que no le cobrará sus honorarios, y una casa de alquiler de equipos de montaña que también le ofreció cubrir esa necesidad.
Pero, aun así, necesita 5.000 dólares para financiar la expedición. Ya ha hecho alguna rifa, lanzó una campaña para que se pueda aportar por Mercado Pago e imagina que alguna empresa grande pueda ser sponsor. Pero juntar el dinero es lo único que no depende de su esfuerzo. El resto, el desafío verdadero, es algo a lo que está acostumbrado.
“No me gusta referirme mucho a cómo perdí la vista, porque se corre el riesgo de que alguien sienta lástima, y ese es un sentimiento que no necesitamos”, dice.
Hasta los 19 años fue un muchacho que había elegido la carrera de diseño gráfico y que le gustaba dibujar y pintar.
Después de perder la vista y de acomodarse unos meses para afrontar el impacto, cambió sus actividades y objetivos teniendo en cuenta las cosas que sí podía seguir haciendo.
“Comencé con la escultura”, cuenta. Y así obtuvo premios, “participando sin que nadie supiera que yo era ciego”.
También aprendió braille y la vida allí le tenía guardada una sorpresa. Su profesora fue Silvina Castro, también ciega, se enamoraron y se casaron.
Ahora tienen tres hijas, Carolina (22); Martina (20) y Delfina, a quien este jueves le regalaron el festejo de sus 15 años.
Estudió informática, durante varios años dio clases para ciegos en la UNCuyo que necesitaban perfeccionar esa herramienta. En 2013 ingresó al Poder Judicial y trabaja en su Alvear natal.
Entre tanto, comenzó a correr. Ha participado de varias carreras de fondo, de triatlones, de todo desafío que se le ponga delante. “El deporte en mi vida es una base fundamental y una gran motivación. En 2017 realicé mi primer triatlón, medio Ironman donde nadé 1,9 kilómetros en el mar, hice 90 kilómetros de ciclismo y 21 corriendo”, cuenta.
En el 2000 subió al cerro El Nevado, de 3.800 metros, y ya no dejó más el montañismo.
Ahora quiere ir por el Aconcagua.
“Uno de los objetivos que nutren el sentido de esta excursión es visibilizar que, a pesar de tener una discapacidad, tenemos el resto de capacidades con las cuales valernos para hacer muchas cosas. Tener una capacidad menos no nos tiene que detener. Las personas que tenemos discapacidad queremos cambiar la imagen romántica que se nos adjudica. No necesitamos de la lástima, ni ser 'especiales'. Somos personas que podemos trabajar, estudiar, hacer deportes, formar una familia con igual dificultad que otra persona. La sociedad debería tenernos en cuenta por lo que podemos hacer y no por lo que no podemos”, dice.
Sobre la expedición al Aconcagua, explica que “esta travesía tiene una duración de 14 días, lo que implica, además de una gran preparación física, una importante suma de dinero, con la que no cuento. El total de la expedición asciende a 5.000 dólares, que son los costos de equipamiento técnico, viajes para entrenar y aclimatamiento, además de los costos de un equipo para documentar de forma audiovisual este enorme desafío”.
Para colaborar:
Teléfono: 2625 437863
Instagram: walter.al.aconcagua
Web: aconcaguaconsentidos.ar
Alias: ALWALTER
