Dulce
La Pavlova es un postre emblemático en la cocina de Australia y Nueva Zelanda, donde ambos países han reclamado su origen. La leyenda cuenta que fue creada en honor a la bailarina rusa Anna Pavlova, durante su gira por estos países en la década de 1920. Este postre, con su base merengada crujiente por fuera y suave por dentro, coronado con nata montada y frutas frescas, es perfecto para celebraciones y cenas festivas.
Ingredientes
- 4 claras de huevo a temperatura ambiente
- 250 g de azúcar blanca fina
- 1 cucharadita de vinagre blanco
- 1 cucharadita de maicena
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 200 ml de nata para montar
- 3 cucharadas de azúcar glas
- Frutas frescas para decorar (fresas, kiwis, mangos, etc.)
Procedimiento
El procedimiento para preparar este exquisito postre comienza con el precalentamiento del horno a 120 °C. En un recipiente limpio y seco, batimos las claras de huevo hasta alcanzar picos suaves. Gradualmente añadimos el azúcar mientras seguimos batiendo hasta obtener un merengue brillante y firme. Mezclamos el vinagre, la maicena y la vainilla, y luego incorporamos suavemente a la mezcla de claras.
En una bandeja para horno con papel encerado, formamos un círculo con el merengue, usando una espátula para crear un pequeño hueco en el centro. Horneamos durante 1 hora y 30 minutos, luego apagamos el horno y dejamos enfriar el merengue dentro, con la puerta ligeramente abierta, para evitar que se desinfle.
Mientras tanto, montamos la nata con el azúcar glas hasta que esté firme. Una vez que el merengue está completamente frío, colocamos la nata montada sobre el merengue y decoramos con las frutas frescas seleccionadas.
Lo mejor de la receta de Pavlova es su textura única y la combinación perfecta entre el dulzor del merengue y la frescura de las frutas. Es un postre que no solo deleita visualmente sino que ofrece una explosión de sabores que encantan a todos los paladares.
