RESONANTE CASO
La Justicia Federal decidió condenar este martes a prisión perpetua a cuatro de los cinco imputados por el secuestro extorsivo seguido de homicidio de Diego Aliaga, señalado como mano derecha entre Walter Bento y los presos que pagaban por favores judiciales. En tanto, el chofer de la familia, Yamil Rosales, fue condenado a 17 años.
Diego Barrera, de 52 años, su pareja Bibiana Sacolle (52) y los dos hijos, Lucas (28) y Gastón Curi (30) recibieron una pena de prisión perpetua y multa de 90 mil pesos por considerarlos coautores penalmente responsables del delito de secuestro coactivo agravado por haber logrado el propósito, por la intervención de tres o más personas y por causar intencionalmente la muerte de Aliaga.
La fiscal María Gloria André había solicitado perpetua para toda la familia, pedido que fue aceptado por el tribunal. Sin embargo, para el chofer, la pena solicitada fue de 25 años de prisión, ya que colaboró para hallar el cuerpo de Aliaga.
En tanto, la familia de la víctima pidió perpetua sólo para tres de los acusados del asesinato y secuestro del despachante de aduana: para Lucas Curi y Rosales, 15 años de prisión.
Cabe recordar que todos los abogados defensores (Leonardo Pérez Videla por Diego Barrera, las hermanas Anahí y Gemina Venier por la mujer y sus hijos, y Gabriela Massad por Rosales), habían requerido la absolución.
Cómo ocurrió el crimen
Diego Aliaga desapareció el 28 de julio del 2020, cuando salió de su casa ubicada en el barrio Palmares a bordo de una camioneta de un vecino. Lo acompañaba una joven con la que había estado reunido horas antes. Paró en una estación de servicio y luego se dirigió a Rodeo de la Cruz. En ese lugar pensaba montar un emprendimiento junto su socio, Diego Barrera. Pero jamás se lo volvió a ver.
Horas después, se presentó la denuncia por su desaparición. En ese momento, su hermano recibió un llamado extorsivo donde le pidieron un millón de dólares por el rescate de Aliaga.
Las evidencias en la investigación fueron cercando al socio de Aliaga, hasta que el 4 de agosto fue detenido junto a su pareja Bibiana Sacolle y los hijos de la mujer. Las comunicaciones telefónicas que mantuvo el clan familiar el día de la desaparición, sumado a las cámaras de seguridad que grabaron a Barrera entrando a la propiedad en Rodeo de la Cruz y luego ingresando al barrio Palmares en la camioneta que manejaba Aliaga fueron claves para la pesquisa.
El 10 de septiembre se encontró el cadáver de la víctima enterrado en un descampado ubicado en Costa de Araujo, luego de la confesión de Yamil Rosales, empleado de la empresa de transportes que tenía la familia Barrera.
El 5 de octubre siguiente, Diego Barrera declaró por primera vez como acusado y confesó haber cometido el hecho de sangre. Aseguró que se peleó con Diego Aliaga por temas económicos y que "se le fue la mano", además intentó desvincular al resto de los sospechosos.
Luego, en el 2021, se unió el caso con la causa que investiga el presunto cobro de coimas por parte de una banda que lideraría el juez federal Walter Bento. Diego Barrera ha declarado varias veces en ese expediente y ha aportado detalles sobre la mecánica de los sobornos para liberar a presos. Para el fiscal Dante Vega, Diego Aliaga era la mano derecha del juez para gestionar los pagos.
