Dulce y delicioso
La crème brûlée, con su superficie caramelizada crujiente y su base cremosa, es un postre que encarna la elegancia y el refinamiento de la cocina francesa. Esta receta no solo es deliciosa, sino que su preparación es más fácil de lo que imaginas. Vamos a sumergirnos en el arte de crear esta delicia, perfecta para impresionar en cualquier ocasión.
Este postre, conocido por muchos como "crema quemada", es un clásico en los restaurantes franceses. Su combinación de texturas y sabores es simplemente irresistible. Además, es una excelente manera de terminar una comida especial, ¡y lo mejor de todo es que puedes prepararlo con anticipación!
Ingredientes
- 5 yemas de huevo
- 100 g de azúcar
- 500 ml de crema de leche
- 1 vaina de vainilla
- Azúcar extra para caramelizar
Procedimiento
- Precalienta el horno a 150°C.
- En un bol, mezcla las yemas con el azúcar hasta que se integren.
- Calienta la crema con la vainilla hasta que esté a punto de hervir y retírala del fuego.
- Vierte la crema caliente sobre la mezcla de yemas, removiendo constantemente.
- Cuela la mezcla y viértela en ramequines.
- Coloca los ramequines en una bandeja para hornear y llénala con agua hasta la mitad de los ramequines.
- Hornea al baño María durante 30-35 minutos. La crema debe estar firme pero aún temblorosa en el centro.
- Deja enfriar las cremas y refrigéralas durante al menos 2 horas.
- Antes de servir, espolvorea azúcar sobre cada crema y caramelízala con un soplete hasta que quede dorada y crujiente.
La crème brûlée es un verdadero placer para los sentidos. Su capa superior crujiente contrasta a la perfección con la suavidad de la crema, creando una experiencia gustativa única. No hay mejor manera de darle un toque sofisticado a tu menú que con este exquisito postre francés.
