¿Quién puede resistirse a una buena lasagna? Este clásico plato italiano que conquista corazones con sus capas de pasta, queso y salsa. Hoy, te enseñaré a preparar una versión sencilla pero igualmente exquisita. Esta receta es perfecta para aquellos días en los que quieres disfrutar de un plato reconfortante sin complicarte la vida. Y lo mejor de todo, es que con pocos ingredientes podrás crear una delicia que sorprenderá a todos en casa.
La lasagna que vamos a preparar es ideal para principiantes o para quienes buscan una receta sin complicaciones. La sencillez no está reñida con el sabor, y esta lasagna es la prueba. Es una receta que te llevará de regreso a los sabores tradicionales de la cocina italiana, pero con la facilidad de un plato que se puede hacer en cualquier cocina casera.
Ingredientes
- 9 láminas de lasagna (precocidas o para horno)
- 500 g de carne picada (mixta de cerdo y vacuno)
- 1 cebolla grande, picada
- 2 dientes de ajo, picados
- 400 g de salsa de tomate
- 200 g de queso mozzarella rallado
- 50 g de queso parmesano rallado
- Aceite de oliva
- Sal y pimienta al gusto
- Una pizca de orégano
Procedimiento
- Precalienta el horno a 180°C.
- En una sartén, calienta un poco de aceite y saltea la cebolla y el ajo.
- Agrega la carne picada, salpimienta y cocina hasta que esté dorada.
- Vierte la salsa de tomate y añade orégano. Cocina a fuego lento por 10 minutos.
- En una fuente para horno, coloca una capa de láminas de lasagna.
- Encima, distribuye una parte de la mezcla de carne y salsa.
- Espolvorea con mozzarella y parmesano.
- Repite las capas hasta terminar los ingredientes.
- Finaliza con una capa de queso.
- Hornea durante 25-30 minutos o hasta que el queso esté dorado.
- Deja reposar 10 minutos antes de servir.
En el momento de servir, te encontrarás con una lasagna con capas perfectamente definidas, donde cada bocado es una mezcla deliciosa de pasta, carne, salsa y queso derretido. Esta receta simplificada es una forma estupenda de disfrutar de los sabores clásicos italianos sin pasar horas en la cocina. ¡Buen provecho!